Hace unas semanas recibí un comentario en el blog recomendándome visitar los Avencs de la Febró, un conjunto de tres grietas que corren paralelas a lo largo de un riscal, situadas cerca del refugio de la Mussara, en las montañas de Prades. Aprovechando que habíamos planeado subir al Tossal de la Baltasana, techo de las comarcas del Baix Camp y la Conca de Barberà, y nos cogía bastante cerca, decidí llevar allí a la tropa para que lo conocieran y practicar un poco de espeleología familiar. De las tres grietas sólo visitamos, como casi todo el mundo, la más grande, pues en las otras dos el acceso es bastante difícil y queda reservado a los amantes de la espeleología. La forma de llegar desde Barcelona es ir por la autopista hasta la salida de la AP-2 a Valls, seguir hasta Alcover, continuar por la TV-7041 hasta Mont-ral y antes de entrar en esta localidad, girar a la izquierda por la TV-7045 hasta alcanzar el cruce con la T-704. Aquí giraremos a la derecha para dirigirnos hacia la Febró hasta pasar el kilómetro 22 donde a nuestra izquierda encontraremos una explanada para aparcar el coche.
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Mapa de la ruta - Ed. Piolet |
Aproximación: 20 minutos
Tiempo en la sima: 1 hora 30'
Para visitar los Avencs de la Febró aconsejo llevar ropa de recambio por si nos manchamos de barro (lo más seguro), botas, guantes, algo de ropa de abrigo (la temperatura es varios grados más baja que en el exterior) y no está de más que los pequeños lleven casco. No hay que olvidar que sin ser una excursión peligrosa, sí que requiere cierta precaución cuando vamos con niños. En la entrada nos encontramos con un nutrido grupo excursionista que también se dispone a bajar. Dejamos que bajen ellos primero y comenzamos el descenso. En este punto debemos tener cuidado. No es peligroso, pero la progresión debe hacerse poco a poco, ayudando a los más pequeños mientras superamos el desnivel y vigilamos de no resbalar.
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Iniciando el descenso |
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El grupo excursionista entrando en la sima |
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"Mama, qué aventura" |
Poco a poco descendemos los tres niveles para alcanzar el fondo de la grieta. La sensación para los niños es estar viviendo una aventura a lo Indiana Jones, adentrándonos en las profundidades de la tierra. La sima tiene en su punto más bajo una profundidad de 30 metros y una anchura máxima de 8.
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Ayudando a Jan a progresar en la bajada |
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Aquí puede el solo |
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Hay que bajar un último escalón |
Pasamos bajo una enorme roca encallada en la grieta (Jan dice que es la que perseguía a Indiana Jones en la película; yo tengo mis dudas, pero si él lo dice...) mientras terminamos de descender y nos reunimos todos en el fondo de la sima.
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Enorme roca atrapada entre las paredes de la grieta |
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Últimos metros hasta las profundidades |
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La madre terminando de bajar |
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En el interior de los Avencs de la Febró |
Comenzamos a caminar por los casi 300 metros de longitud que tiene la cavidad dejando a nuestra izquierda la entrada a la Cova Gran, que visitaremos más tarde. A lo largo de toda la brecha se abren otras cavidades más pequeñas y alguna que otra sima.
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Avanzando entre las paredes de roca |
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Vista del tramo descendido |
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El grupo excursionista se queda a la entrada de la cueva |
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Siguiendo la brecha en toda su longitud |
Avanzamos en ligero ascenso hasta el final de la grieta donde se acumulan unos grandes bloques de piedra. Cuidado en este punto, pues al final del último bloque la grieta continúa y hay una fuerte caída. Es un tramo que necesitaríamos ir equipados para explorarlo. A nuestra derecha hay una vía ferrata que conduce al exterior y son las grapas que vimos cuando alcanzamos la sima desde el sendero.
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Bloques de piedra al final de la grieta |
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Subiendo con cuidado |
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La grieta continúa al final de los bloques |
Después de hacernos algunas fotos en los bloques bajamos para desandar nuestros pasos y explorar la Cova Gran.
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Mi tropa en los bloques de piedra |
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Erik bajando despacio |
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Erik observando la altura de la grieta |
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Descendiendo hacia la entrada donde está la cueva |
Llegamos a la entrada de la Cova Gran, donde está reunido el grupo excursionista, dividido entre LOS que han visitado la cueva y LAS que no. Nos adentramos en el interior, progresando muy despacio ayudados por las linternas y los frontales. Hay que vigilar con los pequeños, pues la humedad hace que las rocas resbalen y si no iluminamos bien podemos acabar metiendo el pie en algún pequeño agujero o sufrir alguna caída. Llegamos a la sala principal donde una fálica estalagmita nos da la bienvenida.
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Sala principal |
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Los exploradores de la familia |
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El del medio no es Gusiluz, es Jan deslumbrado por la linterna |
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Detalle de las concreciones |
Desde la sala principal se puede continuar explorando la cueva siguiendo unas marcas fluorescentes, pero habría que arrastrarse en algunos puntos y tampoco era cuestión de ponernos de barro hasta las cejas, a pesar de llevar ropa de recambio. Nos conformamos con rodear la estalagmita y seguir explorando allí donde para los niños no hay mucha dificultad. Llegamos a una zona donde la cueva se estrecha y parece que comunica con otra sala.
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Nos acercamos a esta estrecha abertura |
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Dos pilares |
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Erik introduciéndose en la grieta |
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Tadeo Jan |
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Los Croods |
Regresamos a la sala principal y de ahí a la salida de la cueva. Los excursionistas han abandonado ya el lugar y estamos solos con los escorpiones y demás fauna que habitan estos sitios. Nos toca ahora iniciar el ascenso pasando nuevamente bajo la roca encallada.
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Fuera de la cueva |
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El grupo de espeleólogos fuera de la cueva |
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Poco a poco va entrando la luz en el grieta |
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Abandonando los Avencs de la Febró |
La subida resulta, evidentemente, más sencilla y en unos minutos estamos arriba donde volvemos a encontrarnos con el grupo excursionista que, en un pequeño claro que hay unos metros más allá, están dando cuenta de sus bocadillos. Nos despedimos de ellos y volvemos hacia el coche para dirigirnos a Prades (20 minutos) donde nos espera la segunda parte de nuestra excursión, la subida al Tossal de la Baltasana.
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Última mirada a la grieta |
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Jan progresando en la subida |
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Erik quitándose el casco |
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Recogiendo que aún nos queda el Tossal de la Baltasana |
Me ha encantado y me han propuesto ir a las cuevas este mismo fin de semana. Ya te contaré
ResponderEliminarOs gustará. Tu niña se lo pasará bomba.
EliminarUn saludo
Ayer hicimos la excursión y esta muy bien ,nunca había estado en un sitio parecido,la cueva la hicimos pero nos faltaba algo mas de luz,algún frontal vaya,dentro con los niños se lo pasaron muy bien,en algún sitio hay que vigilarlos un poco pero ya esta,gracias por tu blog y enseñarnos estas excursiones
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Me alegro que os gustara. Es un lugar que merece la pena visitar.
EliminarUn saludo
Gran reportaje. yo he ído 2 veces y me encanto. :)
ResponderEliminarGracias
EliminarVaig anar-hi dilluns passat. Perfecte! Tan el lloc com les teves explicacions: molt clares i encertades. Per si ho vols provar: una mica més endavant de la Cova Gran, l'avenc gira una mica a l'esquerra i queda una paret amb una gra arrel de dalt a baix. En aquest punt, a mà dreta hi ha una esquerda que no sembla portar enlloc, però que dóna pas a altres dos avencs, també amb coves. Val la pena provar-ho.
ResponderEliminarGràcies!
Gràcies per la teva aportació. Ho tindrem en compte per una propera visita. Salutacions.
EliminarHoy es día 1 de abril estamos en la Mussara hemos intentado ir a la entrada principal para bajar als Avencs y no habido manera tampoco pero volveremos a intentar
ResponderEliminarMira este enlace, quizás las indicaciones que da te puedan ayudar.
EliminarUn saludo
http://www.rutesapeu.com/els-avencs-de-la-febro/
Me ha encantado esta publicación, Francisco.
ResponderEliminarYo estuve en el 94-95, fuimos de excursión a La Mussara, y desde el refugio nos indicaron cómo dar con la falla.
A pesar de que mi padre caminaba mal (ya rondaba los setenta..) bajamos toda la familia (6).
También entramos en la cueva (que a nosotros nos dijeron se llamaba "Gruta del Silencio" más no tiene importancia.
También alguna de mis hermanas y yo reptamos (llenándonos de barro como apuntas) bajo la gran estalagmita fálica descubriendo las dos pequeñas columnas... Ya no seguimos más. Tampoco (aparte de dos linternas y un frontal) íbamos muy preparados y la tarde se nos echaba encima.
Mi padre, antiguo escalador de juventud, cuyas cumbres (El Perdido, El Aneto, El Maladeta..), jamás podré yo emular, ya no estaba muy fino y se conducía mal por aquel descenso.
Verle así, torpe pero feliz junto a su esposa e hijos me produjo una gran satisfacción y una lección de humildad con respecto a la naturaleza.
Verte, junto a tu familia, recorriendo y en las mismas fotos (que ya no sé dónde quedaron), ha sido una notoria alegría.
Un saludo.
Muchísimas gracias por tus palabras!!!
EliminarUn saludo
Molt interessant, molt ben detallat. Gracies.
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