Con los niños a cuesstas

Con los niños a cuesstas

jueves, 2 de agosto de 2012

Salt de la Minyona

En esta ocasión nos hemos acercado a mi querido Collsacabra, para visitar uno de sus rincones más pintorescos y auténtico balcón natural del lugar. Se trata del Salt de la Minyona, un risco con una caída vertical de 150 metros y desde el que tendremos unas vistas increíbles del Montseny, Guilleries, y los riscales de Tavertet y el Far. Nos dirigimos por la C-17 dirección Vic, para enlazar con el Eix Transversal C-25 dirección Girona. Salimos por la salida 187 (cuidado que la zona esta en obras) y tomamos la N-141-D en dirección a Folgueroles, pueblo natal del poeta Jacint Verdaguer. En el km. 8 de esta carretera, una vez pasado el pueblo, hay una pequeña explanada donde se puede dejar el coche, junto al camino de tierra por el que iniciaremos la excursión.

Distancia: 8 km.
Tiempo: 3 horas 30' con paradas
Tiempo para un adulto: 2 horas 15' sin paradas

Mapa de la ruta - Ed. Alpina

Comenzamos a caminar por una pista en buen estado y al poco dejamos a nuestra derecha un camino que nos conduciría al Mas d'en Coll, desde donde podríamos acceder al poblado ibérico de Puigcastellet. Seguimos adelante y a los quince o veinte minutos llegaremos al Pont de la Bruixa, donde se encuentra el Gorg de Llitons.

Dejamos el coche en la pequeña explanada junto a la carretera

A la derecha el camino nos llevaría al Mas d'en Coll

La pista es ancha y cómoda

Pont de les Bruixes


Las aguas que bajan por este pequeño torrente han creado una sima espectacular de unos cuatro metros de altura. Para observarla con todo detalle deberíamos introducirnos en el agua y pasar por debajo del puente. Junto al puente hay un pequeño camino, donde deberemos tener mucho cuidado con los niños, desde el que se puede atisbar parte del "gorg". Una de las leyendas que se atribuyen a este lugar, es la existencia de unos pequeños seres, los "llitons",  que entran en las cabezas de las personas por los orificios de la nariz o por las orejas y borran su memoria mientras duermen. Sin duda se trata de los "nitons" a los que se refiere Verdaguer en alguno de sus escritos.

Camino para observar el gorg

Detalle de las paredes del gorg

Cartel informativo

Continuamos por la pista, unas veces asfaltada y otras de tierra, en continuo ascenso hasta llegar a una planicie desde la que ya observamos el castillo de Sant Llorenç de Munt. El paisaje que nos rodea queda afeado por los tendidos eléctricos que se cruzan las laderas de las montañas.


Dejamos atrás el Pont de les Bruixes

El castell de Sant Llorenç del Munt ya a la vista

El tendido eléctrico afea el paisaje


Seguimos subiendo hasta llegar al punto donde conectamos con el GR. Un poste indicador nos señala que hasta el castillo hay 0,5 kilómetros por una pista de asfalto siguiendo una pronunciada cuesta. Nos acercamos a la base del castillo hasta darnos de bruces con una verja metálica que impide el paso. Aunque sabía que el castillo es de propiedad privada, tenía la esperanza de, al menos, observarlo desde más cerca.


Alcanzamos el GR

La figura del castillo asoma entre la vegetación

La verja nos cierra el paso

El conjunto de Sant Llorenç del Munt es una edificación majestuosa que une la casa a una iglesia románica con tres absides. Los orígenes del castillo se remontan al siglo X. Dos siglos más tarde perdió esa condición y se fundó un monasterio agustiniano, época a la que pertenece la iglesia. En este enlace se puede tener una vista panorámica del edificio. Como he dicho antes, al ser de propiedad privada no se puede visitar, aunque en alguna ocasión sí ha abierto sus puertas a los miembros de algún que otro centro excursionista.

Vista del castillo desde el camino

Volvemos por donde hemos venido y seguimos el GR en busca del plato fuerte del día, el Salt de la Minyona, un tanto decepcionados por no haber podido contemplar desde más cerca el castillo. Pasamos junto a una enorme torre eléctrica que extiende sus cables como hilos macabros sobre la belleza del paisaje. Es el precio que debemos pagar para que la electricidad llegue a todos los sitios, aunque cuando contemplas  cosas como éstas se te queda cierto regusto amargo.

Nos acercamos al Coll Pedrís

Jan observando la torre de alta tensión

La torre lanza sus cables hacia Les Agudes y el Matagalls


Seguimos la pista en ligero descenso bordeando el risco del Puig Castellar, coronado por una bandera catalana, hasta llegar a un desvío a nuestra izquierda, por donde continúa el GR Se trata de superar la carretera que lleva al Pantano de Sau por encima del túnel de la Mina de Sau.

Pasamos bajo el Puig Castellar

Desde el camino se divisa el Salt de la Minyona

Abandonamos la pista de tierra y comenzamos a subir por un sendero bastante complicado siguiendo las marcas rojas y blancas. Empieza ahora la parte más divertida del día, pues hasta ahora el camino ha sido muy fácil, al ser todo pistas amplias. Con algo de esfuerzo vamos superando las zonas más complicadas del ascenso, mientras me pregunto si seré capaz de bajar lo que ahora estoy ascendiendo con relativa comodidad.

Cogemos el sendero de la izquierda

Subimos siguiendo las marcas del GR

Un tramo algo complicado

Jan en pleno esfuerzo

Siempre seguimos las marcas rojas

Llegamos por fin a una pequeña explanada que desemboca en una pista asfaltada que es la que conduce a la Masía dels Munts, zona más elevada de la zona, donde hay unas antenas. Tomamos la pista en ascenso para dirigirnos hacia el Salt de la Minyona, que divisamos tras cinco minutos de subida a nuestra derecha. Las vistas son espléndidas con Les Agudas y el Matagalls al fondo.

Seguimos por la pista asfaltada

Vista del Salt de la Minyona con Les Agudes y el Matagalls al fondo

Bajamos por un pequeño senderito hacia el risco que nos recuerda, por su forma alargada, al paso del  Santuario de Cabrera, solo que protegido por una  baranda metálica a ambos lados. Si vamos con niños muy pequeños, hay que tenerlos controlados  en todo momento. No es una zona peligrosa pero más allá de la baranda, la caída es de vértigo.

Bajamos hacia el mirador

Una baranda nos separa del vacío. Los riscos de Tarvertet y el Far al fondo


Hacia el final del mirador se encuentra la Verge del Cingle, la virgen del risco, y las vistas desde este punto son extraordinarias: el Montseny, con las cimas de Les Agudes y el Matagalls, el pantano de Sau, algunas cimas de Les Guilleries, las "cingleres" de Tavertet y el Far. El nombre del lugar viene de la leyenda de una doncella que llegaba tarde a su boda y que saltó desde este lugar sin daño alguno para llegar a tiempo. Tras estar allí, dudo que fuera posible, pero si alguien quiere probar... También podemos imitar la conocida escena de Titanic, acompañando a la parienta con los ojos cerrados hasta el final del risco, como si fuera la proa del barco.

Unos paneles nos señalan algunos lugares que podemos divisar desde aquí

Monumento a la Verge del Cingle

Todos en el mirador

Vista de la caída que hay desde el risco

"Dame la mano que no me fío"

Volvemos por el mismo camino para coger el coche y nos dirigimos por la carretera a comer al pantano de Sau, junto al embarcadero, donde hay una zona de picnic. Lo encontramos en un saludable estado, con el agua alcanzando el tejado del campanario de la iglesia de Sant Romà de Sau, donde damos por finalizada la excursión.

Pantano de Sau

La familia con el campanario asomando al fondo

Panel informativo de la iglesia de Sant Romà