Con los niños a cuesstas

Con los niños a cuesstas

jueves, 15 de marzo de 2012

Balma y Turó de l'Espluga

Nuevamente hemos visitado el Parc Natural de Sant Llorenç i l'Obac ante la insistencia de los niños en explorar más cuevas y balmas. En esta ocasión hemos realizado una salida que puede ser complementaria de la efectuada hace unas semanas al Hospital de Sang si queremos pasar el día en la montaña. A lo largo del recorrido visitamos varias balmas y algún que otro rincón que se nos quedó pendiente de una excursión que hicimos el año pasado y en la que Jan no tenía el día. El punto de partida es nuevamente el parking de l'Alzina del Salari, en la carretera de Matadepera a Mura, así que dejamos el coche en un parking muy concurrido a pesar de ser una hora temprana, cogemos las mochilas y nos ponemos en marcha.
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Mapa de la ruta - Ed. Alpina

Subimos por la pista asfaltada y cruzamos una cadena que impide el acceso de los coches. Pronto el asfalto se acaba y seguimos avanzando por la pista de tierra, tomando el desvío de la derecha, cuando ésta se bifurca un poco más adelante. En unos quince minutos llegamos al Coll de les Tres Creus donde ya han retirado el tradicional pesebre que se coloca en Navidad. Una vez  en el collado, a nuestra derecha parte el camino que conduce al Coll de Boix, a la izquierda el sendero que nos llevaría al Castellsapera y el Paller de Tot l'Any, y frente a nosotros un sendero en bajada que conduce primero a la Porquerisa y un poco más adelante a la Font de la Pola. Éste es el que debemos seguir.


Parking de l'Alzina del Salari

Los niños prefieren unos palos que han encontrado a sus bastones

Llegando al Coll de les Tres Creus

Sendero hacia la Font de la Pola


Bajamos por el sendero y vamos rodeando la base del Turó de la Pola. A nuestra izquierda divisamos el Castellsapera, un poco más a la derecha el Paller de Tot l'Any y el macizo de Montserrat, parcialmente tapado por la niebla. Poco antes de llegar a la primera balma que visitaremos, la Porquerisa, encontramos unos huecos recubiertos de losetas que son antiguas tumbas, formando una pequeña necrópolis.


Bordeamos la parte baja del Turó de la Pola

Erik continúa con su afición a la escalada

En el camino con el Paller de Tot l'Any asomando por la izquierda

Tumbas

Llegamos a la balma conocida como la Porquerisa, por haber sido utilizada como refugio de los rebaños de cerdos que pastaban por los encinares de la zona. Se trata de una amplia balma que descansa sobre una enorme roca de conglomerado. El techo está totalmente ahumado y hay algunos restos de grafitis. Los niños aprovechan para sacar las linternas y "explorar" los rincones más escondidos de la balma.


Llegamos a la Porquerisa

Entrada a la balma

Interior de la balma

Los niños explorando los agujeros más pequeños

Las balmas son cavidades que se formas en las zonas inferiores de los conglomerados por el efecto del agua. Los antiguos pobladores de esta zona, en especial durante la Edad Media, las utilizaban como refugio para el ganado o como vivienda para ellos. En el parque  son abundantes debido al tipo de roca (conglomerado) que predomina en la zona.


Vistas al exterior desde la balma

Detalle interior

Entrada de la balma

Las rocas del Quarto de Reixa

Abandonamos la balma y seguimos por el sendero que ahora se introduce en un encinar. Pronto el camino se bifurca y enfilamos el senderito de la derecha, que en unos 100 metros,  nos conduce hasta otra pequeña balma donde se encuentra la Font de la Pola.


Seguimos el sendero rodeados de encinas

Llegando a la Font de la Pola

En el interior de la balma encontramos la fuente, hoy una cisterna que recoge las aguas que se filtran entre las rocas y donde se ha instalado un grifo para poder beber. Unas mesas de piedra convierten el lugar en un sitio idóneo para hacer un picnic, en especial en los días más calurosos del verano.


Balma de la Font de la Pola

Con mis peques junto a la fuente

Abandonamos el lugar, bastante concurrido, pues acaba de llegar un nutrido grupo de excursionistas, y regresamos al punto donde habíamos abandonado el sendero principal., que volvemos a retomar dirigiéndonos ahora hacia el Coll de Tanca, pasando por debajo de algunas curiosas rocas.


Volvemos nuevamente al camino

Una enorme mole de conglomerado

¿Un gigante de piedra?

Conforme nos acercamos al Coll de Tanca y una vez pasada de largo la roca que parece la cara de un gigante, dejamos a nuestra izquierda un senderito que baja hacia el valle. Unos metros más adelante, volvemos a encontrar otro sendero a nuestra izquierda marcado con un hito de piedras, justo cuando el sendero principal se empina. Tomamos este camino que comienza a bordear las rocas conocidas como Castellots de Tanca.

Tomamos el camino de la izquierda

Bordeamos las rocas

Pequeños huecos al pie de las rocas

Las moles de piedra son impresionantes

Bordeamos la primera fila de rocas y nos acercamos al Quarto de Reixa. Allí encontramos la balma del mismo nombre, que proviene de la reja de metal que utilizaban de puerta para guardar al ganado. De hecho hasta mediados de los años ochenta todavía estaba y no era raro encontrar algún pastor allí refugiado. El interior está  bastante sucio, lo que no impide que alguien pase la noche en este lugar, a tenor de la manta que hay tirada en el suelo.

Bordeamos la roca 

Llegamos a la balma

Balma del Quarto de Reixa

Hay una manta en el interior, ¿Estará todavía habitada?


Abandonamos la balma y seguimos bordeando toda la roca hasta coger un sendero que nos lleva hacia la derecha. Bajamos por el camino dejando atrás el Quarto de Reixa rodeados de vegetación. Se trata ahora de alcanzar un pequeño collado, siguiendo las marcas blancas que aparecen pintadas en algunas rocas.


Bordeando las últimas moles rocosas

Bajamos en busca del collado

Llegamos al collado, una pequeña explanada en la que el camino continuaría por la izquierda. Frente a nosotros observamos un montículo cubierto de vegetación. A la derecha tenemos un sendero en bajada por el que debemos continuar y que nos conducirá hasta la pista forestal que baja desde el Turó de la Fosca. Desde aquí ya podemos divisar el Turó de l'Espluga.


Ahora descendemos por el camino de la derecha

El sendero se introduce en una zona boscosa

Desde un claro ya divisamos el Turó de l'Espluga


Alcanzamos la pista forestal y la seguimos hacia la izquierda. Unos cientos de metros más adelante llegamos al objetivo del día: la balma de l'Espluga.

Enlazamos con la pista forestal y nos acercamos al Truó de l'Espluga

Balmas de l'Espluga

La balma la forman dos cavidades al pie de la redondeada montaña que al parecer estaban habitadas desde la edad media. Una de ellas servía de vivienda y la otra para guardar el rebaño. Desde este punto, si seguimos el camino, un poco más adelante veremos a nuestra izquierda un hito de piedras que señala un pequeño senderito en fuerte bajada que conduce al Avenc de l'Espluga, una de las mayores simas del parque. Descansamos un rato y aprovechamos el solecito para sentarnos y almorzar lo que llevamos en la mochilas.


Primera de las balmas

Entramos a visitarla

Los niños explorando y tomando notas en sus libretas

Un descansito al sol

Segunda balma

Tras descansar un rato y antes de emprender el camino de regreso a l'Alzina del Salari, decidimos ascender al Turó de l'Espluga. Para ello, volvemos por la pista y buscamos un pequeño sendero a nuestra izquierda marcado con un hito de piedras. Subimos por este caminito hasta un punto donde debemos realizar una pequeña trepada. Aunque no es peligroso, hay que tener cuidado con los niños para que no resbalen y puedan caer por una de las laderas. Finalmente alcanzamos la cima del turó, desde donde se tiene unas magnificas vistas de toda la sierra de l'Obac.


Tomamos nuevamente la pista de regreso

Sendero para subir al turó

Un pequeño esfuerzo...

...y coronamos la cumbre

Turó de l'Espluga, 727 m.

Bajamos nuevamente a la pista forestal hasta tomar otra vez el sendero que nos conduce al collado y de allí pasando nuevamente por el Quarto de Reixa y la Porquerisa, llegar al parking de l'Alzina del Salari. Como dije en la introducción, si queremos hacer una excursión un poco más larga, podemos seguir la pista forestal hasta el punto donde una marca azul nos señalará el camino hacia el Hospital de Sang  y, una vez visitado, subir hasta el Coll de Boix y de allí decidir si bajamos a l'Alzina del Salari por los Graons de Mura y la Font de Traginers o bien seguimos el GR hacia el Coll de les Tres Creus, subiendo antes al Turó de la Pola.


Abandonamos el Turó de l'Espluga

Volvemos a la pista forestal

¿Conan el Bárbaro?

Un descanso antes de llegar al coche

La excursión nos llevó 4 horas con sus paradas y a un ritmo bastante lento, por lo  que puede realizarse en una salida matinal. Encontraremos agua en la Font de la Pola, aunque no está de más llevar encima varias cantimploras ahora que el calor empieza a apretar.