Con los niños a cuesstas

Con los niños a cuesstas

sábado, 30 de marzo de 2013

Folgueroles - Tavèrnoles - Savassona

En esta ocasión hemos realizado una agradable excursión al Pla de Savassona, conocido por su yacimiento arqueológico y las piedras gigantes que allí se encuentran. Es uno de los lugares de la Cataluña mágica, por los grabados que hay en sus rocas y que han hecho volar la imaginación a más de uno. El itinerario comienza en el pueblo de Folgueroles, villa natal de Jacinto Verdaguer, cruza Tavèrnoles y llega hasta el Pla de Savassona, para regresar por detrás del castillo de Savassona y pasando por la balma de la baronesa. Para llegar hasta Folgueròles, seguiremos la C-17 hasta desviarnos por la C-25 dirección Olot y tomaremos la salida hacia Roda de Ter y posteriormente hacia Tavèrnoles. Un kilómetro antes de llegar a esta localidad, a nuestra derecha encontramos el desvío hacia Folgueroles. No llegaremos al pueblo. Hay que estar atento porque unos 500 metros después de desviarnos de la carretera, a nuestra izquierda sale una pequeña pista cimentada que nos lleva hasta la ermita de la Damunt, punto de inicio de la excursión.

Distancia: 7 km.
Tiempo: 4 horas, con paradas
Tiempo para un adulto: 2 horas 15', sin paradas

Mapa de la ruta - Ed. Alpina

Aparcamos en la explanada que hay a la derecha de la ermita. La ermita de la Damunt se levanta sobre el lugar donde se encontraba una capilla de la que se tiene constancia desde 1231. Posteriormente fue reconstruida en el siglo XVII y frente a ella hay un agradable jardín donde comemos algo antes de ponernos en marcha. Por la parte trasera de la ermita sale un caminito que cruza un sembrado (procuremos no salirnos de él para no pisar lo que hay plantado) que tras adentrarnos en un bosque de encinas nos conducen hasta el comienzo de las escaleras de Foquers.

Ermita de la Damunt

Sembrado que hay que cruzar

Jan avanzando sin salirse del senderito

Inicio de las Escales de Foquers

Bajamos los escalones de piedra (anualmente se organiza una cronoescalada en este lugar) hasta desembocar en la riera, junto a la fuente de Foquers y la masía del mismo nombre. La cruzamos por un puente de madera y nos dirigimos hacia Tavèrnoles siguiendo la pista a la izquierda.

Bajando los escalones

Llegando a la masía de Foquers

Cruzamos la riera por el puente

Pasamos junto a unos prados donde las vacas pastan a su aire y en pocos minutos llegamos a Tavèrnoles, donde hacemos una parada para visitar la iglesia de Sant Esteve.

Avanzando por la pista hacia Tavèrnoles

Reses pastando en los prados

Entrando en Tavèrnoles

La iglesia románica de Sant Esteve de Tavèrnoles es un edificio de una sola nave cubierta con bóveda de cañón y un ábside semicircular en su parte trasera. Junto a ella se levanta un campanario de planta cuadrada y estilo lombardo. La iglesia ya aparece mencionada en el siglo X, aunque el edificio actual parece datar del año 1070. Realmente se trata de una hermosa construcción que merece la pena dedicar un poco de tiempo a visitarla.

Sant Esteve de Tavèrnoles

Interior de la iglesia

Jan y su madre junto a la iglesia

Continuamos ahora nuestro camino siguiendo las marcas blancas y amarillas del PR que cruza el pueblo por la calle Montseny hasta llegar a la carretera. Cruzamos y bajamos unos metros en dirección al restaurante El Roquer (buen sitio para comer) hasta que las marcas y un poste indicador nos desvían a un sendero que sale a nuestra derecha. El camino es amplio y llano. Pasamos junto a una granja, el Mas Benerigues, y llegamos nuevamente a una bifurcación señalizada. El camino de la izquierda lleva a Sant Pere de Casserres. El de la derecha también, pasando por el Pla de Savassona, y es este último el que seguimos.

Llegando al desvío tras cruzar la carretera

Bajamos por el sendero...

...y pasamos junto a una granja

Desvío señalizado


El sendero que tomamos asciende con fuerza hacia el Pla de Savassona (es, junto con la subida de las escaleras de Foquers, la parte "más durilla" de la excursión). Cuando culminamos la subida superamos un vallado que evita que el ganado salga a la carretera y dejamos a nuestra derecha un camino que, tras cruzar la carretera, lleva al castillo de Savassona. Seguimos rectos y pronto desembocamos en el Pla de Savassona, desde donde se divisa la ermita de Sant Feliuet en lo alto de unas rocas.

Los niños subiendo con ganas

Cruzando la valla

Por el camino hasta el Pla de Savassona

Sant Feliuet se alza sobre la roca

El castillo de Savassona

Llegamos por fin al bosque "mágico" del Pla de Savassona, donde se encuentran las rocas gigantes. La primera que vemos es la conocida como el Dado, un enorme bloque de piedra que hace las delicias de los aficionados al bouldering o escalada en bloque, de los que hay un nutrido grupo repartido por la zona. A la izquierda del Dado y adentrándonos en el bosque encontramos la Pedra dels Sacrificis, un enorme bloque rocoso de más de 400 toneladas y bajo el cual diversas excavaciones han encontrado herramientas y huesos con una antigüedad de más de 4.000 años. Conforme nos adentramos en el bosque, surgen enormes piedras, a cual más curiosa.

El Dado

Pedra dels Sacrificis

Los niños emulando a Conan

Otra curiosa roca

Otra más

No hay que tener prisa en este lugar, hay que disfrutarlo, porque realmente merece la pena. Encontramos, junto a la Pedra dels Sacrificis, una roca donde en la parte inferior se ha formado una pequeña cueva que los pequeños no tardan en adentrarse para explorar.

Erik vigilando a su hermano que ya está dentro

"No hay huesos, papa"

Otro bloque de piedra

El musgo da colorido al lugar

Curiosas marcas en la roca

Volvemos para tomar el sendero que nos conducirá hasta la ermita de Sant Feliuet cuando nos encontramos con una pared rocosa con una inclinación que puede permitirnos subir hasta arriba. Los niños no se lo piensan y comienzan a escalarla. Me adelanto a ellos, pues no sé que hay al otro lado y tampoco es cuestión de acabar en urgencias, y hago bien, pues la roca tiene forma de tejado y la caída por la otra parte es bastante vertical. Conseguimos subirla y tras esta experiencia escaladora, proseguimos la marcha hasta llegar al inicio del camino a Sant Feliuet.

Erik y Jan en plena escalada

Mejor que me adelante para llegar primero...

Nuestro primer bloque

Ahora toca bajar

Camino a Sant Feliuet

Subimos ahora por un escalonado y estrecho sendero pegados a la pared del risco que sustenta la ermita. Unos minutos más tarde ya estamos en lo alto de la roca frente a la puerta de Sant Feliuet. Aquí hay que tener siempre a la vista a los niños, ya que la zona no está exenta de peligro, pues estamos al borde del risco y la altura es considerable.

Sendero de subida a la ermita

Caminamos pegados a la roca

Ermita de Sant Feliuet

Erik disfrutando de las vistas

Alrededor de la ermita hay varias tumbas antropomórfas, una cisterna  y algunos gravados en las rocas. La ermita se alza sobre los restos de un poblado ibérico y era conocida desde el año 1035. Al parecer es uno de los pocos ejemplos que existen en la Plana de Vic para suponer cómo eran las iglesias que se construyeron tras el final de la ocupación árabe y la posterior repoblación de la zona en plena Edad Media. En 1962 fue restaurada por el Centro Excursionista  de Vic. Las vistas son preciosas, destacando el curso del río Ter con  los riscos de Tavertet y el Far al fondo.

Detalle de las tumbas antropomórfas

Otras tumbas con vistas al Ter

Mi tropa posando con el Ter al fondo

Frente a la ermita hay unos bancos de madera donde descansamos y aprovechamos para comer algo. El lugar es un auténtico ventanal que invita a pasar un buen rato disfrutando del paisaje. Nuevamente quiero insistir en que hay que tener cuidado en este lugar con los niños pequeños, para no llevarnos un susto, y no acercarnos mucho al borde del risco si no nos llevamos muy bien con el vértigo.


Mejor que ver la tele, ¿eh?

El castillo de Savassona desde Sant Feliuet

Bajamos nuevamente por las escaleras de piedra hasta el bosque donde encontramos a muchos jóvenes practicando la escalada en bloque.

Bajando nuevamente los escalones

Jóvenes practicando el bouldering

Giramos ahora hacia la izquierda y nos adentramos en el bosque para visitar dos de las rocas que más grabados tienen y que más "misterio" presentan: la roca de les Bruixes y la Roca del Nen. La primera está llena de cruces y otras marcas y la segunda tiene grabada la figura de una persona (un niño o un hombre, según lo que queramos imaginar).

Cruces grabadas en la roca

Roca de les Bruixes

Roca del Nen

¿Un niño, un hombre, un alien?

Jan alucinado observando la roca

Deambulamos un rato por la zona buscando marcas en todas las rocas que nos encontramos, mientras Erik no quita ojo a unos chicos que, con la ayuda de una colchoneta para conservar los huesos intactos, escalan una de las rocas. Volvemos a pasar junto al Dado y Erik no puede reprimir las ganas de intentar subir por una de sus paredes. Después de su intento fallido, ya tendrá ocasión de escalar el Cerro Torre cuando sea grande, volvemos a la carretera para dirigirnos hacia el castillo de Savassona.

Volviendo a la explanada

¿El relevo de los hermanos Pou?

De vuelta a la carretera

Cruzamos la carretera y subimos por el camino hasta el castillo de Savassona. Lo primero que nos encontramos es la iglesia de Sant Pere, fechada en el siglo XI, pero reconstruida en el XVII. Consta de una nave cubierta por una vuelta de cañón reforzada por dos arcos. El castillo de Savassona existía ya en el año 890 bajo el dominio de los vizcondes de Osona y solo conserva elementos medievales en su parte posterior. Hoy se trata de una propiedad privada y no puede visitarse. Pasamos por delante del castillo hasta desembocar en una pista que  un poco más adelante se bifurca. Tomamos el camino de la derecha, donde una cadena impide el paso a los vehículos. Subimos en varias lazadas hasta llegar a la parte trasera del castillo.

Sant Pere de Savassona

Castillo de Savassona

Seguimos por el camino paralelo al edificio

Llegando a la parte trasera del castillo

Parte de la muralla y la torre

Desde la parte trasera del castillo sale un bonito sendero que bordeando grandes rocas nos conduce hasta la balma de la Baronesa y la fuente del mismo nombre. En este lugar se encontraron restos de cerámica y fue excavada en 1950 por miembros del Grupo Excursionista de Vic. Los restos encontrados se encuentran en el Museo Episcopal de la misma ciudad. Es un bonito lugar donde descansar o comer si pasamos todo el día de excursión.

Sendero que conduce a la balma 

Llegando a la balma

Balma de la Baronesa

Detalle de la balma

A partir de aquí el camino no está muy marcado. Debemos subir hacia la izquierda y siguiendo el senderito desembocaremos en una pista más amplia que nos conducirá hasta Tavèrnoles. Una fita de piedra marca el lugar para los excursionistas que quieran hacer el recorrido en sentido contrario viniendo desde el pueblo. El camino, en suave y prolongada bajada nos lleva hasta Cal Janot, en la parte posterior de la iglesia de Sant Esteve. Ahora sólo queda volver a Folgueroles por el mismo camino que al principio, pero esta vez subiendo las escaleras de piedra de Foquers.

Subimos por un camino no muy marcado

Fita al salir al sendero que conduce a Tavèrnoles

Bajando cómodamente por el camino

Llegando a Tavèrnoles

Escaleras de Foquers

La excursión podemos acortarla saliendo desde Tavèrnoles o bien, si sólo queremos visitar el bosque de Savassona, seguir con el coche en dirección al Parador de Turismo de Sau y deteniéndonos entre el kilómetro 4 y 5, donde se puede dejar el coche. Si escogemos esta opción podemos continuar hasta el monasterio de Sant Pere de Casserres, un bonito lugar que bien merece una visita.