Con los niños a cuesstas

Con los niños a cuesstas

martes, 27 de septiembre de 2011

Tartera del Pedraforca

El Pedraforca es una montaña mágica. Creo que, junto con la Pica d'Estats, es uno de los mayores símbolos del montañismo en Cataluña. Su ascensión es algo difícil y no recomendada para niños menores de 9 o 10 años. Sin embargo existen algunas propuestas para disfrutar de ella con los más pequeños y que empiecen a conocerla para en un futuro cercano intentar hollar su cima. Una de estas propuestas consiste en llegar desde el refugio de Lluís Estasen hasta su conocida tartera. Es una excursión corta pero muy bonita, con grandes vistas y algún pequeño paso algo delicado, pero fácilmente superable. La excursión comienza en el mirador de Gresolet, impresionante balcón del parque natural del Cadí- Moixero, y para llegar hasta él debemos dirigirnos al pequeño pueblo de Saldes, donde, pasado un kilómetro y en dirección a Gósol, encontraremos un desvío a la derecha hacia el refugio de Lluís Estasen. 


Mapa de la ruta


Dejamos el coche junto al mirador de Gresolet y tomamos el camino señalizado con marcas blancas y amarillas que nos conducirá hasta el refugio. Subimos por unas escaleras de piedra junto a la carretera y entramos en una zona bastante sombría, que nos protege del fuerte calor que hace.


Pequeña panorámica desde el mirador

El Pedraforca desde la carretera

Subimos por los escalones de piedra

Seguimos las marcas blancas y amarillas

El camino es muy agradable. Las raíces de los árboles forman escaleras naturales que ayudan en la subida. Pronto salimos a un claro desde donde se observa los picos de Comabona y el Puig dels Terrers. Entramos nuevamente en el bosque hasta llegar a un cruce de caminos donde una señal nos marca la dirección hasta el refugio, un poco más arriba.


La subida es muy suave

Prado con vistas al Comabona

Llegamos al refugio de Lluís Estasen, levantado en medio de un pequeño prado a los pies de las blancas rocas del Pedraforca. Un poste indicador nos señala los dos caminos para acceder a su cima: por el Collet del Verdet (que normalmente es la ruta que se sigue para subir) o por la Tartera. Cogemos este último y volvemos a entrar en el bosque de pinos.


Refugio Lluís Estasen

Poste indicador

Dejamos atrás el refugio

Entramos de nuevo en el bosque

El camino se empina ligeramente y a nuestra izquierda, entre los pinos, tenemos unas impresionantes vistas de la Sierra del Cadi. El sendero es bastante sombrío y agradable.  Pronto atravesamos una pequeña tartera, la primera de ellas, con cuidado de no resbalar, a pesar que el camino que la cruza está muy marcado.


Subimos siguiendo las marcas blancas y amarillas

Vistas del Cadí entre los pinos

Llegamos a la primera tartera

La cruzamos con cuidado

Vistas de la tartera hacia el Pedraforca

Seguimos ascendiendo muy suavemente hasta llegar a una nueva tartera, ésta más grande que la anterior, aunque en el fondo es la misma, pues esta zona se conoce como El Tarter.

Cruzando una nueva tartera

Señalando a Jan la Tossa d'Alp

Abandonando la tartera

Nuevamente entramos en el bosque donde tenemos que superar un par de pasos algo complicados, pero que no revisten ningún peligro si se cruzan con precaución. Ya estamos cerca de nuestro objetivo. Unos pocos metros más allá divisamos la tartera desde un pequeño claro.


Mª José en plena subida

Este paso es algo aéreo

Seguimos el camino

Erik con la tartera al fondo

Finalmente alcanzamos la parte inferior de la tartera del Pedraforca, una riada de pequeñas piedras blanquecinas que nace en la Enfocadura. Nos es bastante difícil subir, dos pasos para adelante uno para atrás, pero conseguimos ganar algo de altura por un lateral donde no se acumulan muchas piedras. Fotos de rigor mientras otros montañeros que vienen de la cima se esfuerzan por alcanzar el sendero sin mucho maltrato para sus posaderas.


Alcanzamos la tartera

Subimos con mucha dificultad

Tartera del Pedraforca

Subo un poco más arriba por un lateral

Todos al pie de la tartera

Iniciamos el camino de vuelta por el mismo sendero, vigilando a los niños en los pasos más delicados. Nuevamente cruzamos el Tarter y pronto estamos de vuelta en el refugio. Bajamos hasta la carretera y nos acercamos a contemplar las vistas desde el mirador de Gresolet, dando por finalizada la excursión.


Bajamos vigilando de no resbalar

Superando un paso un poco complicado

Cruzando nuevamente el Tarter

Siguiendo el sendero hasta el refugio

El Comabona desde el mirador de Gresolet

viernes, 9 de septiembre de 2011

Tossa d'Alp

La Tossa d'Alp, también conocida como Padró dels Quatre Batlles por confluir en ella los territorios de cuatro municipios (Alp, Urús, Bas y Bagà), es una de las montañas más conocidas de la zona del Cadí-Moixeró. Unos metros más abajo de su cima se encuentra el refugio Niu de l'Àliga, hasta donde llega el telesilla de la estación de la Molina. Sin embargo hay un par de propuestas más montañeras para alcanzar su cima: desde el refugio del Rebost o, como en nuestro caso, desde el coll de Pal. La ruta no es muy larga, el desnivel es de algo más de 400 metros y es una buena propuesta para disfrutar de la alta montaña con los más pequeños. Para acceder al Coll de Pal sólo hay que  llegarse al municipio de Bagà, y una vez en el pueblo seguir los indicadores que, tras 17 kilómetros de, en ocasiones, fuerte subida, nos llevará a él.

Mapa de la ruta - Editorial Alpina

Dejamos el coche en la explanada que encontramos a la derecha, frente al Puigllançada. Cruzamos la carretera y pasamos junto a un poste de madera que nos marca la dirección a seguir. Al principio el camino no esta muy marcado, pero un poco más arriba se distingue bien el sendero. Subimos por los prados siguiendo las marcas rojas y blancas del GR que encontramos pintadas en piedras e hitos. Es una subida dura por las laderas del Serrat Gran, casi 300 metros de desnivel, por lo que vamos poco a poco, disfrutando de las vistas: el Puigllançada a nuestra espalda y a la izquierda el macizo del Montseny, y cuando subimos un poco más, el Pedraforca.


Erik pertrechado para la ascensión

Poste indicador

Comenzamos a subir por los prados

Hitos con las marcas del GR

El Pedraforca asoma por el collado en esta panorámica

Finalmente llegamos al collado que separa las dos lomas de la sierra de Comabella. Hacemos un pequeño descanso para recuperarnos de la subida y encaramos, por una zona preciosa de rocas blancas, la cima del Cap del Serrat Gran, desde donde ya podemos divisar el refugio Niu de l'Àliga.


Llegando al collado

Vistas al Pedraforca

Cruzamos  una zona rocosa

Hacia la cima del Cap del Serrat Gran

Un servidor con el refugio ya a la vista

Nos espera ahora una bajada pronunciada hacia la Colladeta de Comabella, metros que deberemos nuevamente subir por los Rasos de Comabella, siguiendo la cresta en dirección noroeste hasta desembocar en los prados que hay frente al refugio. Nos cruzamos con varios corredores de carreras de montaña, supongo que entrenando para el kilómetro vertical que se celebrará aquí en unas semanas.


Bajamos hacia la Colladeta de Comabella

Y comenzamos la última subida bordeando la cresta

Erik esperando al resto de la tropa

Últimos metros de subida. El Puigllançada al fondo

Prados frente al refugio

Refugio Niu de l'Àliga

Cruzamos los prados y nos encaminamos hacia el refugio. Para acceder a la cima y al vértice geodésico que la corona, debemos subir por una cuesta a la derecha del refugio, en dirección a las antenas de la estación meteorológica que hay en la parte superior. Nos encontramos caballos pastando en semi-libertad que hacen las delicias de los más pequeños.

Nos encaminamos hacia la cima

Caballos pastando

Alcanzamos la cima con su vértice geodésico, disfrutando de las vistas que se nos abren: la Serra d'Ensija, el macizo del Pedraforca, el Moixeró y el Cadi. Unos metros más allá se encuentran las antenas y la estación meteorológica que habíamos divisado durante la subida, y tras ellas algunas cimas del Pirineo que no consigo  identificar.

Llegamos a la cima

Tossa d'Alp, 2536 m.

Jan y Erik descansando tras la subida

Antenas y estación meteorológica

Bajamos hacia el refugio buscando algún lugar donde poder comer, cruzándonos nuevamente con los caballos que por allí pastan. Algunos de ellos están junto a un abrevadero en la parte posterior del refugio. Buscamos un poco de sombra, pues aunque la temperatura es muy agradable, el sol quema en estas alturas. La encontramos en un lateral del refugio, donde damos buena cuenta de los bocatas.


Bajando hacia el refugio

Un potrillo trotando por la ladera

Junto a un abrevadero en la parte posterior al refugio

Hermoso animal

Buscando la sombra

Tras comer nos dirigimos a un montículo que hay frente al refugio. Desconozco si tiene nombre (el mapa de ICC sólo marca la cota de 2526,6 m.), aunque en su cima hay restos de lo que parece una mesa que quizás pudo soportar una rosa de los vientos, y más abajo, siguiendo la cresta, un vértice geodésico en un lamentable estado. Sin embargo las vistas son estupendas hacia el Coll de la Vall, y más allá el macizo del Pedraforca y todas las cimas que conforman el Parque Natural del Cadí-Moixeró.


Subimos dejando atrás el refugio

En la cima junto a la mesa de piedra

Erik junto al vértice geodésico

Grandes vistas desde el promontorio

Bajamos y nos dirigimos de vuelta hacia el Coll de Pal. Cruzamos los prados y nos encaminamos hacia los Rasos de Comabella, superando la última subida del día al Cap del Serrat Gran.

Bajando del promontorio

Cruzamos los prados dejando atrás el refugio

Volvemos a cruzar los Rasos de Comabella

Bajando desde el Cap del Serrat Gran

Una vez superada la subida al Cap del Serrat Gran, cruzamos por la zona de las rocas y bajamos por su ladera hasta el collado. Allí, sólo nos queda bajar los 300 metros de desnivel por los prados alpinos hasta llegar al coche.


Cruzando entre las rocas

Una de las zonas más bonitas de la excursión

Siguiendo las marcas del GR ahora de regreso

Erik junto a un hito de piedras en el collado

La bajada pone a prueba nuestros cuadriceps, pues hay tramos donde la pendiente es bastante fuerte. Seguimos el sendero y pronto divisamos los coches. Encontramos un rebaño de cabras pastando junto a la carretera y nos separamos de ellas al comprobar que un macho no nos mira con muy buenas intenciones. Finalmente llegamos al coche dando por finalizada la excursión.


Atravesamos el collado

Iniciamos el descenso con el Puigllançada frente a nosotros

Los coches a la vista

Ovejas y cabras pastando

Con Jan en el Coll de Pal