Con los niños a cuesstas

Con los niños a cuesstas

miércoles, 25 de julio de 2018

Puig de Gallicant

Con algo de retraso (bueno, bastante retraso) voy a intentar subir en los próximos días varias excursiones que realizamos esta pasada primavera y que la falta de tiempo me ha impedido tener al día. La primera de ellas es la subida al Puig de Gallicant que complementamos con una visita a los Gorgs de la Febrò. Se trata de una ruta bastante larga, con cierto desnivel acumulado, pero muy bonita. Sin embaro, si los niños son muy pequeños y no queremos caminar tanto, podemos acortar la excursión y regresar a Arbolí tras ascender el Puig de Gallicant. Aunque la ruta está relativamente bien señalizada, aconsejo llevar el GPS, pues a partir de los Gorgs de la Febró, nos cruzaremos con pistas y senderos que pueden llevarnos a equívocos. Yo utilicé el siguiente track de la web Al monte con EniEn, que aconsejo visitar para preparar esta salida. El punto de partida de la excursión es, como he dicho, es el pequeño pueblo de Arbolí ( cuatro casas, una iglesia y un bar) a donde llegaremos por la AP-7, salida 34, continuando por la T-11 dirección Reus. Seguiremos por la N-420 y nos desviaremos en una rotonda hacia la C-242. Pasado Alforja, encontraremos a nuestra derecha el desvío que conduce a Arbolí.

Mapa de la ruta - Ed. Piolet


Distancia: 14,5 km.
Tiempo: 6 horas, con paradas
Tiempo para un adulto: Unas 4 horas y media


Subimos por las calles de Arbolí siguiendo las marcas blancas y rojas del GR-7, pasando junto a la iglesia del pueblo y saliendo de éste por un sendero donde encontramos un poste indicador. Tomamos el ramal de la derecha (por la izquierda regresaremos al pueblo) e iniciamos un progresivo ascenso por un camino bastante empedrado, paralelos al rio Arbolí.

Entrada a Arbolí

Subimos por las calles del pueblo

Iglesia

Un pueblo muy tranquilo

Abandonamos el pueblo por el sendero de la derecha

Poco a poco vamos ganando altura, de forma bastante cómoda hay que decir, por un bonito sendero empedrado en dirección al Collet dels Colls. A veces el terreno está algo más descompuesto, pero rápidamente vuelve a  aparecer el empedrado, que confiere al camino una singular belleza. En los tramos más empinados, el sendero hace una serie de lazadas que nos ayudan a ir superando el desnivel con poco esfuerzo.


El empedrado del camino

Siempre tras las marcas del GR 7

Un tramo más descompuesto

Vuelve a aparece el empedrado

Un tramo algo más empinado

La sombra se agradece a pesar de ser temprano

Pasamos junto a un muro de piedra seca

Alcanzamos el Collet del Colls


Una vez en el collado, frente a nosotros se levanta el Puig de Gallicant, una pirámide arbolada que comenzaremos a rodear por su lado derecho, siguiendo la pista en esa dirección. El camino, amplio y llano, es sencillo de hacer, sólo tenemos que esquivar algún gran charco de las últimas lluvias. Llegamos a un punto donde la pista se bifurca, bien continuando hacia la derecha o haciendo un giro de 180º hacia la izquierda, rodeando el Puig de Gallicant por su otra vertiente y que se dirige hacia el pueblo abandonado de Gallicant. Veremos a la izquierda una caseta blanca. En este punto dejamos la pista para iniciar el ascenso hasta la cima del Puig de Gallicant.



La pista es muy cómoda de transitar

Hay que vadear algún que otro charco

Caminamos rodeados de pinos

Punto donde abandonamos la pista

Caseta que servirá para orientarnos


Desde la caseta iniciamos la subida hacia la cima por el cordal oriental de la montaña, siguiendo un sendero, al principio poco marcado pero luego más evidente, que se adentra en el bosque (donde se han llevado a cabo tareas de limpieza forestal) y que tras superar una zona más rocosa, nos deja en la cumbre del Puig de Gallicant. El vértice geodésico se encuentra algo apartado de la explanada cimera, por lo que si queremos disfrutar de algunas vistas, debemos asomarnos desde alguno de los salientes rocosos que hay allí.


Iniciamos la subida

Restos de la limpieza forestal

Por aquí el sendero ya es más evidente

Superamos estas rocas...

...y alcanzamos la cima

Un curioso hito cimero al otro extremo de la cima

Puig de Gallicant, 1010 m.

Vista de la explanada desde el vértice geodésico

Frente a nosotros el Montsant

Tras un rato el la cima para comer algo y descansar un poquito nos ponemos de nuevo en marcha. Bajaremos ahora por la otra vertiente de la montaña. Mirando hacia el curioso hito de la cima que tiene pintada la cabeza de un dimoni, nos dirigimos hacia la derecha hasta encontrar un sendero señalizado por marcas azules que baja la ladera de la montaña hasta dejarnos frente a las ruinas del antiguo pueblo de Gallicant. La bajada es algo empinada, por lo que conviene tomarlo con calma si vamos con niños pequeños. No es difícil, pero mejor no llevarnos un resbalón.


El sendero es fácil de encontrar

Hay marcas azules para orientarnos

Aquí el camino ya es muy evidente

Vistas hacia las ruinas de Gallicant

Tras el descenso, nos acercamos a lo que queda del pueblo de Gallicant, cuyos últimos habitantes dejaron el lugar a principios de los años sesenta. En este enlace hay una excelente referencia a la historia de este pequeño núcleo rural. No conviene adentrarse en el interior del pueblo (aunque está vallado vi algún lugar por donde entrar) ya que puede ser peligroso por el estado en el que se encuentran las edificaciones. Desde este punto, si vamos con niños pequeños y queremos dar por finalizada la excursión podemos seguir las marcas del GR  7 que hacia la izquierda y rodeando nuevamente el Puig de Gallicant nos conducirían hasta Arbolí.


Ruinas de Gallicant

Poco queda ya en pie

Otra vista de los edificios del pueblo



Rodeamos las ruinas del pueblo y giramos hacia la derecha para acercarnos a un poste indicador. Nos asomamos a un pequeño saliente desde el que se divisa el pantano de Siurana y los riscos sobre los que se asienta el pueblo que da nombre al pantano. Avanzamos unos metros más y nos desviamos por un senderito con las marcas del GR, en dirección norte con el Puig de Gallicant a nuestra espalda (en la dirección opuesta el GR nos conduciría hasta Arbolí)


Nos dirigimos hacia el poste indicador

Avanzamos por este sendero

Vistas hacia el pantano de Siurana

También se divisa el Monstant

Como pulgarcito tras las migas de pan, seguimos las marcas blancas y rojas del GR, primero por un sendero que atraviesa un frondoso bosque de pinos y, posteriormente, una amplia pista forestal, siempre en bajada. Es un tramo algo largo y monótono durante el cual nos cruzaremos con varios senderos y otras pistas, a las que no haremos caso, siempre bajando por el camino principal señalizado.


En esta parte el sendero es estrecho

El camino está señalizado por las marcas del GR

Atravesando un pinar

Aquí ya descendemos por una pista forestal...

...bien señalizada

Tras la continuada bajada llegamos a un poste indicador al inicio del Barranc de la Font de Verdú. Antes de bajar siguiendo la dirección que marca el poste hacia la Febró, nos dirigimos por un senderito pegado a la roca que forma una pequeña balma hasta un mirador que se abre hacia todo el barranco.  Es un punto muy expuesto, por lo que los niños tienen prohibido acercarse y los mayores deben extremar la precaución.


Poste indicador

El sendero va pegado a esta roca

Balcón natural hacia el barranco

Disfrutando de las vistas

Prohibido si tenemos vértigo

Formaciones rocosas frente a nosotros

Volvemos al poste indicador y bajamos hacia el lecho del torrente. Es una zona muy húmeda y es fácil resbalar, por lo que conviene bajar despacio y tener cuidado de los niños.

El agua resbala por la roca y toma distintos colores

El torrente baja encajonado entre estas rocas

Los peques ya abajo

Al final del senderito llegamos a una bifurcación. Por la izquierda accedemos al primer gorg, el Gorguet, un bonito rincón  con una pequeña cascada (las abundantes precipitaciones de esta primavera no han llegado al tercio sur de Catalunya) que forma una poza de aguas cristalinas.


El Gorguet

La cascada no lleva mucha agua

Aguas frías y cristalinas

Tras descansar un ratito, tomamos nuevamente el sendero y en un par de minutos llegamos hasta el Gorg, el otro salto que, lamentablemente, sólo deja caer un pequeño hilo de agua. De todas formas es un lugar encantador, donde el agua de la poza toma un color entre gris y azulado por las rocas del fondo. Por la derecha, un camino sube hacia un pequeño balcón desde donde tenemos otra visión de la poza.


Seguimos por este senderito

El Gorg

Una foto con Jan en el Gorg

Promontorio para observar la poza

Tiempo para comer algo y reponer fuerzas


Paramos a comer algo y a descansar otro poco. Para continuar debemos pasar por encima de unas rocas y cruzar el lecho del torrente, que está casi seco en este punto. Es un paso un poco complicado, así que hay que tener cuidado con los niños. Una vez superado este obstáculo, continuamos nuestra marcha resiguiendo el Barranc del Gorg pasando junto a unas paredes rocosas por un sendero estrecho señalizado con marcas blancas y amarillas. La vegetación de ribera es muy frondosa en este punto y, a pesar de ser una zona bastante sombría, hace mucha calor y humedad.


Tenemos que pasar al otro lado de estas piedras

El agua forma unas pequeñas charcas

Marcas blancas y amarillas del PR

Pasamos junto a estas paredes de roca

Cruzamos un pequeño arroyo


El camino nos acerca al lecho del torrente, donde las aguas cambian continuamente de color en función de las rocas y la arena que hay en el fondo. Salimos a una pista forestal que abandonamos pronto, siempre siguiendo las marcas blancas y amarillas. Nos volvemos a acercar al torrente que en este punto las aguas tienen un color ocre y marrón. Por encima de nosotros las paredes rocosas del barranco nos ofrecen un espectáculo de grandeza y belleza sin par.


El torrente sigue su curso con tonos verdosos

Desembocamos en esta pista forestal

Continuamos por este sendero

El torrente toma un color anaranjado en esta zona

Menudo trampolín

Vistas del barranco que vamos a recorrer

Grandes paredes de roca flanquean nuestro camino

Tras haber ganado algo de altura, el sendero vuelve a descender hacia el lecho del torrente para cruzarlo y caminar ahora por su ribera izquierda. En este punto se encuentra el salto de la Gorguina. Nosotros, por torpeza, no lo encontramos a pesar de llevar el GPS, por lo que si decidimos hacer esta excursión merece la pena asegurarse bien de donde está. Pasamos junto a un pequeño salto de agua (obviamente no es la Gorguina) y nos adentramos en una espesa zona boscosa en la que el camino gira hacia la izquierda y se aleja del torrente  para, ahora, reseguir el Barranco de la Foradada.


Creo que esta es la zona donde se encuentra la Gorguina

Otra vista algo más alejada de la poza

Jan cruzando el torrente

Un pequeño salto de agua

El sendero sube ahora de forma apreciable

Salimos a una pista forestal que seguimos por la derecha, en bajada. La pista se estrecha algo y conduce hasta el lecho del río Siurana a la altura del Molí de l'Esquirola. Estaremos atentos pues encontraremos un pequeño senderito a nuestra derecha con pinturas del PR por donde debemos bajar, aunque creo que en caso de pasarlo de largo no habría problema, pues me parece que la pista llega hasta el punto donde debemos cruzar el río pero caminando más. De todas formas mejor estar atentos y seguir las marcas blancas y amarillas. Antes de llegar al río, unos metros antes, nos topamos con un poste indicador.


Salimos a esta pista y continuamos por la derecha

Bajamos por ella

Sendero por donde debemos bajar

Marca amarillas, vamos bien

Poste indicador


Giramos hacia la izquierda, en dirección a Siurana, y pasamos al otro lado del río, junto a los restos del antiguo molino, el Molí de l'Esquirola. Encontramos un nuevo poste indicador, este más artesano, y seguimos hacia la izquierda, paralelos al río en dirección a Siurana. Pasamos junto al Mas d'en Candi, donde hay unos caballos sueltos en medio  del camino y alcanzamos una bifurcación señalizada.


Los restos del molino al otro lado del río

Cruzamos por encima de unas piedras

La piedra del molino donde se molía el grano

Poste indicador

Seguimos paralelos al río

El río sigue el Barranco de la Foradada

Caballos en medio del camino

Mas d'en Candi

Poste indicador


Nos desviamos por la izquierda, siguiendo el camino que nos conducirá de vuelta hasta Arbolí, bajando al río que cruzamos por encima de unas piedras. En este punto el agua cristalina baja con un poco más de fuerza y forma algún que otro bonito salto, como el Toll de la Cinteta, uno poco más adelante, río abajo. Una vez en la otra ribera, giramos hacia la derecha y subimos por encima de unas rocas para, después, girar hacia la izquierda e iniciar el ascenso del Grau del Vincabrer, pasando junto a una curiosa cabaña de madera, más propia de una película americana de terror.


Nos desviamos por la izquierda hacia Arbolí

Toca cruzar el río saltando de piedra en piedra

Río Siurana

Aguas cristalinas

Pasamos al otro lado de estas rocas

Jan encabeza el grupo

Seguimos este sendero

Cabaña de madera


Comenzamos el ascenso del Grau de Vincabrer adentrándonos en la ladera boscosa. Se trata de un tramo duro, sobre todo por los kilómetros que ya llevamos en nuestras piernas. El desnivel se supera mediante lazadas que nos acercan a la pared rocosa de la montaña. Todo el sendero sigue señalizado con marcas blancas y amarillas, por lo que sólo debemos seguirlas. Encontramos un poste indicador metálico y continuamos en dirección a Arbolí. El camino gira hacia la izquierda y prosigue su ascenso hasta finalmente superar todo el desnivel y desembocar en una pista forestal.


Tenemos que subir allí arriba

El sendero se adentra en el bosque

Poste indicador

Musgo sobre las rocas

Nos topamos con la pared rocosa

Seguimos las marcas del PR

Desembocamos en la pista forestal


Tomamos la pista hacia la derecha, tal como indican las marcas del PR, pasando junto al Mas del Salin, un establecimiento de turismo rural. Abandonamos la pista forestal y nos adentramos en un pinar por un estrecho sendero que cruza varias pistas forestales. Nosotros siempre tras las marcas blancas y amarillas. Desde el camino se abren una buenas vistas hacia el Montsant y el Pantano de Siurana, que presenta un aspecto lamentable. Al parecer, todas las lluvias nos las hemos quedado los del norte y no les hemos dejado nada a nuestros vecinos del sur. Pasamos junto al Maset del Nadal y nos acercamos al borde del risco para bajar ya hacia Arbolí en dirección a la ermita de Sant Pau.


Continuamos por la pista forestal

Mas del Salin

Tomamos ahora el sendero

Otro poste indicador

Un estrecho paso rocoso

Vistas hacia el pantano de Siurana

Maset del Nadal


Descendemos por un estrecho camino y pasamos junto a la ermita de Sant Pau. Las primeras casas (y las únicas, creo) de Arbolí aparecen ante nuestros ojos. Llegamos a la bifurcación que al inicio de la ruta nos encontramos y cubrimos los últimos metros de esta larga pero bonita excursión.


Bajamos por estos peldaños de roca

Descendemos hacia Arbolí

Ermita de Sant Pau

Parte posterior de la ermita

Arbolí

Alcanzando la bifurcación

Entrando en el pueblo

Si no estamos muy cansados o en lugar de agua pusimos red bull en las cantimploras, podemos acercarnos hasta los restos de la Cartoixa d'Escaladei, dirección la Morera del Montsant,  un antiguo monasterio de monjes cartujanos cuyo priorato dio origen al nombre de la comarca.


Riscos del Montsant desde la cartuja

Arcos de la entrada

Puerta principal

Detalle del interior de la cartuja


Tras la visita y llenar las mochilas de buen vino D.O. Montsant y Priorat, damos, ahora sí, por finalizada esta salida.