Con los niños a cuesstas

Con los niños a cuesstas

jueves, 28 de abril de 2011

Sant Jeroni

Aprovechando estos días de vacaciones y tras haber recuperado las fuerzas de la excursión a Cabrera, nos decidimos a subir a la cima más alta de la montaña de Montserrat: Sant Jeroni, con sus 1236 metros. Tras consultar la previsión meteorológica tanto en TV3 como en el meteo.cat, donde nos indicaban un día soleado, cogemos las mochilas y nos dirigimos a Monistrol para tomar el cremallera que nos subirá hasta el Monasterio. Sin embargo, el día se presenta feo y bastante fresco. Una espesa niebla cubre todas las cimas del macizo y me pregunto porqué Alfred Picó abandonó los servicios informativos de la televisión pública catalana. La ruta para ascender a Sant Jeroni es la número 1 de la guía senderista de Montserrat publicada por la editorial Alpina, y que, básicamente, consiste en subir hasta el Pla de les Tarántules con el funicular y allí tomar el Camí nou de Sant Jeroni, para luego regresar al monasterio por el camino viejo y el Pla dels Ocells.


Mapa de la ruta - Editorial Alpina

A punto de subir al cremallera

Llegamos al monasterio en un día muy gris

El monasterio desde el Funicular de Sant Joan
 

Una vez bajamos del funicular de Sant Joan, cogemos el camino señalizado de la derecha que hay junto al Aula de Natura (no hay pérdida posible, todo está perfectamente indicado). Superamos una barrera de madera, entiendo que para evitar el paso de bicicletas, y seguimos en suave pendiente por un camino conocido como Camí de Sant Jeroni per la serra de les Paparres.


Comenzamos a caminar superando la barrera

Seguimos por un camino  en muy buen estado

Casi de inmediato encontramos una bifurcación con un pequeño sendero que baja hacia el Torrente de Santa María y que nos llevaría de vuelta al monasterio. Seguimos recto y pronto aparecen las primeras grandes rocas de la montaña de Montserrat: la Momieta, la Momia, l'Elefant, la Prenyada, etc. Refugiada en las faldas de estas grandes rocas divisamos la capilla de Sant Benet, edificada en 1927 sobre los restos de la antigua ermita.

Las primeras grandes rocas, entre ellas l'Elefant

La capilla de Sant Benet apunto de ser cubieta por la niebla

Un poco más adelante aparecen cuatro de las rocas más famosas de Montserrat: la Gorra Frigia, Magdalena Superior, Magdalena Inferior y la Gorra Marinera. Vemos a un par de escaladores subiendo a la Gorra Frigia, y la verdad tiene mérito, en especial con la niebla que, en esos momentos, tapa la cima.


La Gorra Frigia en primer término

Panorámica desde el camino

Un escalador subiendo la Gorra Frigia

Seguimos avanzando, dejando a nuestra izquierda un camino que conduce a la ermita de Santa Magadalena. Pasamos a los pies de la Gorra Frigia y nos dirijimos hacia el mirador de la sierra de Les Paparres, cruzando por medio de dos grandes paredes rocosas. A la izquierda salen las escaleras que  te llevan al mirador. Subimos, aunque la espesa niebla no nos permitió ver casi nada, sobre todo del sector del Bruc y Collbató.

Con Jan junto a la roca Trencabarrals

El Trencabarrals

Pasamos entre dos paredes rocosas

Todos en el mirador

Bajamos del mirador y continuamos nuestra ruta pasando de largo un caminito que por derecha baja al Pla dels Ocells.  Pronto nos encontramos con la mole del Cavall Bernat y la del Cap de Mort. Finalmente llegamos a la bifurcación en la que se unen el Camí Nou con el Camí Vell, que es por donde volveremos al Monasterio
.

Cavall Bernat a la derecha

Cap de Mort

Practicando la escalada libre

Cruce entre el Camí Nou y el Camí Vell de Sant Jeroni

Por fin llegamos a la ermita de Sant Jeroni, donde volveremos para comer, y seguimos subiendo en busca de la cima. Tras unos metros por  un sendero agreste, pasamos a subir primero por un camino encimentado y  posteriormente por las escaleras hasta llegar a la cima, deteniéndonos antes en el mirador de Mossèn Cinto Verdaguer, donde hay un monolito en memoria del poeta montañero. No hace falta decir que la visibilidad era nula.


Pasamos de largo por la ermita de San Jeroni

Ascendemos hacia el mirador

Junto al monolito de Mossèn Cinto


Bajamos del monolito y comenzamos a ascender las escaleras que nos llevarán hasta la plataforma que hay en la cima, donde una rosa de los vientos colocada por el Centre Excursioniste de la Comarca del Bages señala todas las montañas más relevantes, desde el Aneto o el Canigó hasta el más modesto Montcau. Las vistas deben ser impresionantes en un día claro. Nosotros no tuvimos tanta suerte y debimos conformarnos con una ligera visión entre la niebla de la zona de Monistrol.


Erik subiendo los últimos peldaños

Jan y detrás  Mª José

Cima de Sant Jeroni, 1236 m.

Jan celebrando una nueva cima

Junto a la plataforma hay un montículo donde están colocados los vértices geodésicos y un pluviómetro. Con Erik me acerco para hacernos una foto en esta cima alternativa, que seguramente antes de la construcción de la plataforma debía ser la cima original (ésto es una suposición mía). Es una zona peligrosa, hay que tener cuidado y sólo subir si el niño es responsable, pues un poco más allá los "espadats" o acantilados tienen una caída de 600 metros.



Con Erik junto a los vértices geodésicos y el pluviómetro


Como desde la cima no podíamos ver nada y los estómagos nos recordaban que se acercaba la hora de comer, bajamos hasta la ermita de San Jeroni y aprovechando que no había nadie, almorzamos en su porche protegiéndonos del frío que comenzaba a apretar. Despúes deshacemos el camino hasta la bifurcación con el Camí Vell de San Jeroni que tomamos para bajar hasta el monasterio. Si los niños están cansados o no están acostumbrados a caminar, es mejor volver por el Camí Nou hasta el Pla de les Tarántules y coger nuevamente el funicular de Sant Joan. El camí Vell tiene bajadas pronunciadas en zig-zag y muchas veces caminas por el lecho seco del torrente de Santa María, zona muy pedregosa y difícil para niños no entrenados.



Ermita de Sant Jeroni

Inicio del Camí Vell

El sendero es bastante complicado


Siguiendo el curso del torrente pasamos por las bases de las rocas que antes hemos visto desde el camino: el Cavall Bernat y el Cap de Mort. Despues de un rato caminando llegamos al Pla dels Ocells, cruce de caminos en un pequeño claro del bosque. Seguimos hasta llegar a los restos de la ermita de Santa Ana, destruida en la guerra del francés.

Las Gorras Friga y  Marinera a nuestras espaldas

Restos de la ermita de Santa Ana

Bajamos por las interminables escaleras, conocidas como las Escaleras de los Pobres, pues tiempo atrás por aquí había una casa que acogía a mendigos y vagabundos, hasta llegar al Pas dels Francesos, una enorme brecha entre dos grandes rocas, en medio de las cuales hay una larga escalera. El nombre tiene su origen en el hecho de que por aquí entraron parte de las tropas que ocuparon el santuario el 25 de julio de 1811.

Erik a punto de cruzar el Pas dels Francesos

Pas dels Francesos

Seguimos bajando las inacabables escaleras y pronto divisamos el Monasterio. Poco a poco se van disipando las nubes y cuando llegamos hace una tarde estupenda. Aprovechamos para tomar un café y hacer una visita a la Moreneta. Encontramos muy poca gente para ser semana santa, quizás porque el día a primera hora no acompañaba. Cogemos nuevamente el cremallera y damos por finalizada la excursión.


El Monasterio ya a la vista

Junto a la estatua del Abat Oliba

Con Jan celebrando el último desafío conseguido

domingo, 24 de abril de 2011

Santuario de Cabrera

El santuario de la Mare de Deu de Cabrera se encuentra sobre un riscal en pleno corazón del Collsacabra, muy cerca del pueblo de Cantonigrós. Es una atalaya privilegiada desde la que podemos contemplar toda la plana de Vic, el Puigsacalm, el Cadí, el Montseny, etc. Se accede desde la carretera de Vic a Olot, tomando el desvío que encontraremos a la izquierda a la altura del km. 21, un poco antes de llegar a  Cantonigrós.  Avanzamos unos 4 km por una pista asfaltada hasta llegar a la parroquia de Sant Julià de Cabrera, una maravilla del románico que data del siglo XI enclavada junto a unos prados preciosos. Allí dejamos el coche donde buenamente podemos, ya que no hay zona de aparcamiento, procurando no ocupar la pista, ya de por sí estrecha. Hay que madrugar, pues si se llega un poco avanzada la mañana, puede ser complicado dejar el coche. Para subir al santuario hay muchos caminos. Nosotros escogimos uno de los más típicos, realizándolo en sentido inverso, pues lo normal es subir por el camino que sale detrás de la iglesia, señalizado con marcas amarillas, y volver por la pista asfaltada que rodea toda la montaña de Cabrera, pero como Jan no parecía estar en forma esa mañana, preferimos evitarle la fuerte subida del principio.

Distancia: 7 kilómetros
Tiempo: 4 horas, con paradas
Tiempo para un adulto: 2 horas 15', sin paradas.

Mapa de la ruta - Editorial Alpina

Dejamos el coche donde podemos

Sant Julià de Cabrera

Prados a los pies de Cabrera

Nos ponemos a andar siguiendo la pista asfaltada hacia el collet de Cabrera, dejando a nuestra izquierda una granja. Una vez llegados aquí un letrero nos indica el camino a seguir por la pista  en sentido descendente. Es el camino que utilizan los coches hasta llegar al inicio de las escaleras que suben al santuario. Dejamos a la derecha un sendero que se interna en el bosque y que también conduce al santuario y caminamos por la pista en dirección al Coll de la Freixeneda, rodeados por un espeso bosque de hayas.


Hacia el collet de Cabrera

La pista en suave descenso

Aprovechando para contar historias

Atravesamos un frondoso hayedo


Al cabo de un rato caminando la pista de asfalto se convierte en tierra justo donde un cartel nos indica que entramos en la Vall d'en Bas. Hemos dejamos atrás el hayedo y caminamos ahora por una zona de prados pasando varias granjas diseminadas por las laderas. Desde este punto ya divisamos la Serra dels Llançers y el Puigsacalm. A nuestra derecha queda la sierra de Cabrera, que estamos rodeando. Todo el camino es de ligera subida hasta llegar a los pies de los riscos de Cabrera, donde la subida se empina y vuelve  el paisaje sombrío de hayas y robles. Finalmente llegamos al Coll de Bram, lugar donde confluyen casi todos los caminos e inicio de las escaleras que nos conducirán a la  cima. Es el punto que separa la montaña de Cabrera de la de Aiats.


El asfalto desaparece al entrar en la Vall d'en Bas

Masía

El Puigsacalm

Acercándonos a los riscos

Inicio de la subida por las escaleras

Una vez llegados a este punto tenemos dos opciones: la primera, subir por las escaleras o camino de Grau Nou, y  la segunda, subir por el camino que sale a la derecha de las escaleras y que se conoce como el camí de les Marrades. Nosotros subimos por las escaleras. Es mucho más emocionante y divertido para los niños, no tiene ningún peligro, pues una baranda nos protege de posibles caídas, y las vistas son inmejorables. Por otro lado, como el día era bastante fresco, no sufrimos los inconvenientes del calor que  se pueden padecer en pleno verano, siendo la subida más cómoda. Este camino fue abierto en 1952 a fin de facilitar el acceso al santuario en época de nieves. Al final de las escaleras, una imagen de Sant Bernat nos da la bienvenida a la entrada del camino que conduce al santuario.


Comenzamos la subida con mucho ánimo

El camino se empina

La altura ya empieza a ser considerable

Un descanso para reponer fuerzas

Imagen de Sant Bernat al final de las escaleras

El santuario sobre el Pla de Cabrera


Llegamos al santuario y lo encontramos bastante concurrido, entre senderistas y gente que viene a comer al restaurante. Data del año 1144, aunque el terremoto de 1428 lo destruyó. Posteriormente, entre 1611 y 1641 fue reconstruido y dirigido por ermitaños pertenecientes a la parroquia de Sant Julià de Cabrera. La imagen de la virgen que encontramos en el interior es una réplica del original de mármol del siglo XIII destruida en 1936.


Santuari de la Mare de Deu de Cabrera
 
Interior de la iglesia

Seguimos caminando por el Pla de Cabrera y pasamos por una estrecha franja rocosa en dirección a la bandera que vemos ondear un poco más adelante, lugar que marca la cima de Cabrera con sus 1308 metros, según la FEEC. El paso por esta zona, sin que me haya parecido peligroso, requiere que estemos atentos a los más pequeños, pues bordeamos los riscos y eso conlleva su riesgo. Por fin alcanzamos la bandera y sumamos una nueva cima. Un poco antes hay un vértice geodésico y un poco más allá una rosa de los vientos colocada por los "Amics de les caminades dels dimarts i dijous" (curioso nombre para un grupo senderista, pero tan bueno como cualquier otro), y donde encontramos una libreta en la que anotamos nuestros nombres y la fecha. Es una buena zona para comer y aprovechamos que estamos solos para hacerlo.


A unos metros del vacío

Cima de Cabrera, 1308 m.

Firmando en el libro

Reponiendo fuerzas

Volvemos hacia el santuario, dejando a nuestra espalda el Pas de l'Osca, tramo equipado pero complicado para los niños pequeños, por donde también se baja hacia Sant Julià, siguiendo el Camí del Pedrós. Cruzamos nuevamente el paso estrecho y llegamos junto a la iglesia, ahora mucho menos concurrida. A la izquierda salen unas escaleras que nos conducirán hasta el Coll de Bram. Es el Camí de les Marrades, y va marcado por unos números en amarillo que, supongo, señalan los metros que recorremos. Bajamos hasta llegar a la pista asfaltada. Cogemos un pequeño sendero a la derecha que va paralelo a la pista y llegamos  justo donde comienzan las escaleras.


De vuelta al santuario

Sant Julià de Cabrera

El santuario ahora menos concurrido

Camí de les Marrades

Marcas amarillas

Bajando hacia el Coll de Bram


Una vez al pie de las escaleras, tomamos el sendero que sale a la izquierda y que está señalizado con marcas amarillas. El camino presenta tramos de fuerte bajada con otros más llanos mientras atravesamos el bosque. Por fin, salimos a los prados de Sant Julià, que cruzamos hasta llegar a donde tenemos aparcado el coche.


Hay zonas bastante accidentadas

Tramos algo más difíciles....

...y otros más sencillos

A nuestra espalda los riscos de Cabrera

Cruzamos los prados

Desafío conseguido