En esta ocasión, siguiendo las pisadas del
Comte Arnau, nos hemos acercado a la localidad de Gombrèn para realizar una excursión al Santuario de Nuestra Señora de Montgrony y llegar hasta el Avenc de Sant Ou, enorme sima de una profundidad superior a los 70 metros y que durante bastante tiempo fue considerada la más profunda de todos los Pirineos. Toda esta zona del Ripollès está marcada por el mito del Comte Arnau y es una buena oportunidad de visitar los lugares más pintorescos de la leyenda. Arnau, señor de Mataplana, fue condenado por su maldad a vagar eternamente por estas tierras, con su caballo negro y un nutrido grupo de perros que le siguen ladrando, desde la puesta a la salida del sol. La excursión es larga y tiene un desnivel de unos 650 metros, por lo que puede ser algo exigente para los niños más pequeños. Sin embargo, al final de esta entrada comentaré otra variante de la excursión para, compaginando el coche y el senderismo, visitar de una tacada los lugares más interesantes de la leyenda y que resulte apta para todo el mundo.
Distancia: 11 km.
Tiempo: 5 horas, contando paradas
Tiempo para un adulto: aprox. 3h 15', sin paradas
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Mapa de la ruta - Ed. Alpina |
Para llegar a Gombrèn nos dirigiremos primero a Ripoll y desde allí tomaremos el desvío hacia Campdevànol. A la entrada del pueblo, nos desviaremos a la izquierda siguiendo el indicador y tras 8 kilómetros llegaremos a nuestro destino. Dejamos el coche en un pequeño parking que hay a la izquierda justo a la entrada del pueblo. Desde aquí un poste ya nos señala el camino a seguir. Caminamos por las calles estrechas para dirigirnos a la masía de Can Xicot y, pasada ésta, cruzamos el torrente de Barruell por encima de unas piedras colocadas en su lecho.
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Punto de inicio de la ruta |
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Llegando a Can Xicot |
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Cruzamos el torrente de Burruell |
Pasaremos de largo un pequeño senderito a nuestra izquierda que nos conduciría a un promontorio donde, al parecer, se encontraba el Castillo de Blancafort o de las Damas, lugar al que, según la leyenda, acudía el conde y sus amigos a "divertirse" con las cien damas o monjas que lo habitaban. El camino se empina un poco hasta desembocar en un pequeño prado donde se alza el oratorio de Sant Francesc, una pequeña capillita dedicada a este santo. Junto al oratorio una placa de piedra nos informa que el camino que vamos a seguir nos conduce al Santuario de Montgrony. Este era el sendero que tomaban aquellos peregrinos que acudían a venerar a la virgen.
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Subimos las primeras cuestas de la jornada |
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Erik frente al oratorio de Sant Francesc |
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Observando el interior de la capillita |
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Una losa de piedra y un poste nos indican el camino |
El sendero se empina un poco más. Pronto nos introducimos en un bosque de pino y roble, con un suelo muy empedrado. Poco a poco vamos ganando altura hasta alcanzar una bifurcación señalizada tomando el camino de la derecha. El otro nos conduciría hasta la masía de Pomarell.
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Entramos en el bosque |
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Todo este tramo es muy sombrío |
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Llegamos a la bifurcación |
Continuamos ascendiendo por una zona más abierta y soleada pero con un terreno muy pedregoso. Sin embargo, el camino es precioso. La temperatura sube y nos empieza a sobrar ropa, y eso que al inicio de la excursión estábamos a -2 ºC. Tras unas cuantas lazadas, llegamos al Coll de la Creueta, donde a mano derecha se alza una cruz de hierro.
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Subiendo por una zona más despejada |
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Algún que otro paso complicado |
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Llegando al Coll de la Creueta |
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Erik junto a la cruz |
A partir de este punto y hasta llegar al Coll de Jou subiremos algunos tramos bastante empinados. Pronto divisamos el santuario, con la ermita de Sant Pere asomando en la parte superior del risco donde está enclavado. El camino se hace más pesado en sus últimos tramos hasta desembocar en la explanada del Coll de Jou.
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El santuario ya a la vista |
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Mª Jose en pleno esfuerzo... |
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...y cargada como si estuviera haciendo el trekking del Annapurna |
Pasamos por el Coll de Jou, desde donde tenemos unas buenas vistas y seguimos acercándonos al Santuario. Subimos ahora por un empedrado que en algunos tramos forman escalones hasta alcanzar un pequeño prado a los pies del risco. Aquí las vistas son impresionantes, destacando la esbelta figura del Pedraforca.
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Abajo el pueblo de Gombrèn |
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Vistas al Pedraforca |
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Un alto en el camino para una foto |
Subimos unos escalones que nos llevan hasta la carretera que llega al Santuario. Entramos en éste por un portal en forma de arco y lo primero que encontramos es la hospedería. A su izquierda comienzan las escaleras que, en varios tramos, nos conducen a la iglesia de la virgen de Montgrony.
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Subiendo los últimos peldaños |
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Entrada al santuario |
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Primer tramo de escaleras |
La Mare de Deu de Montgrony es una virgen de las llamadas "encontradas", imágenes escondidas durante la época de la invasión musulmana y posteriormente recuperadas, aunque en este caso se trata de una reproducción del siglo XV sobre la original de estilo románico y que databa del siglo XII. Su capilla se encuentra parcialmente excavada en la roca, en una balma donde solía aparecerse, y lo más llamativo del lugar son los dos tramos de escaleras que nos conducen nuevamente al mito del Comte Arnau. Al parecer, el conde mandó a sus siervos construirlas y posteriormente no les pagó, o les pagó menos de lo acordado. Este fue el motivo, según la canción, que le llevó a su condena eterna. Sobre la capilla, en 1666 fue construido un campanario con dos campanas, una de ellas encontrada junto a la talla de la virgen, aunque posteriormente en 1863 fue vendida por un ermitaño.
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Jan subiendo el tramo de escaleras |
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Abriendo la puerta de la capilla |
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Imagen de Nuestra Señora de Montgrony |
Abandonamos la capilla y subimos ahora los 77 escalones del segundo tramo de escalera que nos conduce hasta la iglesia de Sant Pere de Montgrony. Unos verdes prados rodean el edificio a los pies del Puig de Sant Pere. Los primeros documentos donde se menciona a la iglesia datan del año 899, cuando estaba adscrita al condado de Cerdaña. Renovada durante el siglo XI, su consagración tuvo lugar en 1138. El edificio está formado por una sola nave con tres ábsides en forma de trébol, siendo el central más grande que los dos laterales. Podemos pedir la llave en la hospedería para visitar en interior del templo. En nuestro caso, esperamos a visitarlo a la vuelta, pero otros visitantes se habían llevado la llave y cuando llegamos a la puerta de la iglesia, ya estaba cerrada. En otra ocasión será. La explanada al lado de la iglesia es un buen lugar donde hacer un descanso y reponer fuerzas para la segunda parte de la excursión.
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Subiendo el último tramo de escaleras |
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Salimos a los prados que rodean la iglesia |
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Iglesia de Sant Pere de Montgrony |
Tras tomarnos un merecido descanso nos ponemos nuevamente en marcha para visitar el Avenc de Sant Ou bajando hasta el inicio de las escaleras. Allí un poste indicador nos señala por dónde continuar. Avanzamos por el camino, siguiendo la baranda de madera, que conduce hacia el risco, que bordearemos por el llamado "Mal Pas"
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Poste indicador |
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El sendero va paralelo a la baranda de madera |
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Acercándonos al Mal Pas |
El Mal Pas, como su nombre indica, es un sendero junto a la roca del risco paralelo al vacío. La baranda de madera protege y da seguridad. No obstante conviene llevar a los más pequeños de la mano para evitar sustos, pues el terreno es muy pedregoso y siempre se puede dar un resbalón. No es el Congost de Montrebei, pero tiene su punto de emoción.
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Inicio del Mal Pas |
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Algunos tramos complicados |
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Con Jan de la mano para evitar sustos |
Cruzamos el Mal Pas y bajamos por un sendero hasta el refugio de Planelles, situado junto al torrente de Sant Ou. Es un bonito lugar y muy fresco en verano para comer. Tiene una zona de mesas donde dar cuenta de los bocatas si pasamos todo el día por la zona. Un panel informativo y un poste nos indica por donde continuar.
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Dejando atrás el Mal Pas |
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Refugio de Planelles |
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Poste indicador. |
Subimos ahora por un ancho camino que en algunos tramos tiene una fuerte inclinación. Unos quince minutos más tarde llegamos a otro poste que nos señala la dirección del Avenc de Sant Ou. Nos desviamos a la derecha y subimos por un senderito señalizado con marcas rojas que en un par de minutos nos deja junto a la sima. En este punto hay que tener mucho cuidado con los niños, especialmente los más pequeños. Una baranda rodea la sima y protege de caer, pero ya sabemos como son los pequeños y el ansía de asomarse nos puede dar un susto. Además, la roca sobre la que se abre la sima deja un pequeño margen por el que caminar.
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Iniciamos la subida por un ancho camino |
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Poste hacia el Avenc de Sant Ou |
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Unas marcas rojas nos llevan hasta la sima |
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El espacio por el que caminamos no es muy grande |
El Avenc de Sant Ou (Ou es como se conocía popularmente a sant Eudald) es una sima de 83 metros de profundidad en dos tramos verticales. Según la leyenda comunicaba con el infierno y también lo utilizaba Arnau para visitar el claustro de Sant Joan y, de paso, a su abadesa. En 1901 Norbert Font i Sagué, precursor de la espeleología en Cataluña, ante el pasmo y terror de los vecinos de la zona, exploró la sima y demostró que ésta no tenía salida ni comunicaba con ninguna otra cavidad. En 1962 un expedición del Centro Exursionista Catalunya lo confirmó.
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Avenc de Sant Ou |
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La madre no soltó a Jan mientras estuvimos junto a la sima |
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Roca sobre la que se abre la sima |
Volvemos al sendero principal tras visitar la sima. Desde este punto podemos seguir el camino en subida hasta llegar al Coll de Mansillo y desde allí a la iglesia de Sant Pere, como indicaba el panel informativo que había junto al refugio, o bien deshacer el camino y volver por el Mal Pas. Los niños, que no han agotado todavía su depósito de adrenalina quieren regresar por este último, así que nos damos la vuelta y nos encaminamos nuevamente hacia el refugio de Planelles. Una vez alcanzada la iglesia de Sant Pere, podemos visitarla si la encontramos abierta, si no hay que pedir las llaves en la hospedería. Después sólo nos queda regresar hasta Gombrèn por el camino de subida.
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Regresando al sendero |
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De vuelta a los prados con el Pedraforca al fondo |
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Sant Pere de Montgrony |
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Un escalador en plena ascensión |
Si la excursión la consideramos larga para nuestros pequeños, hay una alternativa para visitar los lugares más destacados de la leyenda del Comte Arnau con la ayuda del coche y puede ser un buen plan para pasar una mañana. Desde Gombrèn seguimos por la carretera hacia la Pobla de Lillet hasta encontrar a la derecha una pista asfaltada que conduce al Santuario de Montgrony y Castellar de N'hug. Tomamos esta dirección y al poco encontraremos a la derecha una pequeña explanada señalizada donde dejar el coche. Se trata de visitar el Gorg dels Banyuts. Esta poza, según la leyenda, es por donde el Comte Arnau sale del infierno por las noches con su caballo negro y durante mucho tiempo fue evitada por los pastores de la zona. Desde la explanada seguimos un senderito en bajada que forma escalones hasta el lecho de la riera de Garfull donde se encuentra la poza, formada por una bonita cascada.
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Gorg dels Banyuts |
Tras visitar el Gorg dels Banyuts, cogemos nuevamente el coche para dirigirnos a las ruinas del castillo de Mataplana, hogar de Arnau, si nos atenemos a la leyenda. Seguimos por la carretera y pasamos el desvío hacia el Santuario. Un kilómetro más allá, hay una gran explanada donde dejar el coche. Cuando nosotros lo visitamos hace un par de años, el acceso a las ruinas estaba cerrado y sólo se podía entrar con la visita concertada que organiza el
CEA Alt Ter. De todas formas, desde el aparcamiento hay un sendero que nos permite aproximarnos bastante hasta las ruinas y tener una buena visión del lugar. El castillo, documentado desde el año 1076, pertenecia al barón Hug de Mataplana. Posteriormente pasó a manos de los Condes de Pallars, y fue Arnau de Pallars, conde de Mataplana, en quien parece inspirarse la leyenda. Junto a las ruinas del castillo, en la parte trasera, se levanta la iglesia románica de Sant Joan de Mataplana.
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Castillo de Mataplana |
Tras visitar el castillo, cogemos nuevamente el coche, damos la vuelta y nos dirigimos al Santuario. Desde allí, tras visitar tanto la capilla de Nuestra Señora de Montgrony como la iglesia de Sant Pere, subiendo las famosas escaleras, podemos acercarnos hasta el Avenc de Sant Ou, siguiendo las reseñas que hay en la entrada. No nos llevará más de hora y media el ir y volver. Para comer, podemos hacerlo tanto en la hospedería del Santuario, como en El Portal del Comte, restaurante que hay justo a la entrada de Gombrèn.
Hola, de nuevo. Esta excursión la hicimos con mis peques este verano, aunque nos quedamos en la Iglesia de Sant Pere y la verdad es que vale la pena de entrar, es bonita.
ResponderEliminarEl camino es precioso, con vistas muy bonitas. La verdad es que la recomiendo.