La entrada de hoy presenta una bonita y fácil excursión que nos llevará hasta la iglesia románica de Sant Martí Xic y las ruinas del antiguo castillo de Voltregà, además de disfrutar de unas espectaculares vistas hacia la plana de Vic, siempre y cuando la niebla no nos lo impida. De las diferentes opciones que hay para subir hasta la iglesia, nosotros escogimos la que considero más fácil para los niños. Parte desde la masía de Serratosa, a donde llegaremos desde Sant Hipòlit de Voltregà por la BV-4608 que conduce a Sant Boi de Lluçanès. Unos dos kilómetros después de abandonar el pueblo encontraremos un desvío señalizado a nuestra izquierda, pista que conduce a Mas Serratosa. Pasamos la masía y un poco más adelante llegamos hasta un depósito de agua, donde dejamos aparcado el coche. Hay sitio para tres o cuatro vehículos.
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Mapa de la ruta - Ed. Alpina |
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Distancia: 5 km.
Tiempo: 3 horas, con paradas
Tiempo para un adulto: Un par de horas
Junto al depósito hay un poste indicador que nos señala la dirección hacia Sant Martí Xic. Tomamos el sendero que queda frente a nosotros y nos introducimos en el bosque siguiendo las marcas blancas y amarillas del PR-79. Estaremos atentos a las marcas hasta salir a una pista forestal. Esta pista, si la seguimos, también conduce hasta la ermita pero sería bastante monótona la excursión.
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Seguimos el sendero que se introduce en el bosque |
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Siempre tras las marcas del PR |
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La subida es muy cómoda |
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Salimos a la pista forestal |
En la pista forestal, giramos hacia la derecha y la seguimos unos metros. A nuestra izquierda, tomamos el senderito que encontramos junto a unos escalones de piedra. Se trata de un atajo que nos devuelve a la pista un poco más arriba. Nuevamente en la pista, frente a nosotros continua el sendero. Lo seguimos hasta desembocar de nuevo en la pista, girando a la derecha y avanzando unos cien metros hasta encontrar a nuestra izquierda unas escaleras metálicas donde se inicia un sendero en dirección opuesta a la que llevábamos y que recorre toda la pared rocosa. Desde aquí ya tenemos las primeras vistas hacia la Plana de Vic.
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Tomamos el sendero que hay junto a los escalones |
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Otra vez en la pista... |
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...seguimos por el sendero que hay frente a nosotros |
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El camino tiene un tramo de escalones |
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De nuevo en la pista forestal |
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Vistas hacia la Plana de Vic |
Seguimos el sendero (hemos abandonado el PR) y encontramos varias bifurcaciones. En la primera tomamos el sendero de la izquierda, pasando junto a una pared rocosa. En la segunda, tomamos el camino que sube por la derecha. Nos encontramos un poste que señala la dirección hacia la Bauma de la Miranda. Nosotros seguimos por la izquierda y el sendero nos conducirá hasta la Cabana d'en Rabionet, un coqueto refugio de madera muy bien cuidado.
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Subimos por estos escalones |
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Seguimos el sendero |
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Encontramos algunos escalones |
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Seguimos por la izquierda hacia la cabana d'en Rabonet |
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Vistas hacia Bellmunt y Cabrera |
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El estrecho sendero... |
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...nos lleva hasta la entrada del refugio |
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La Cabana d'en Rabionet |
El refugio se encuentra en perfecto estado. En su interior hay bancos y una mesa donde dar cuenta de los bocatas o de una parrillada si usamos la barbacoa que hay al lado de la cabaña. Procuremos mantener sitios como éste, pues son una gozada para las personas que nos gusta la montaña. Dejamos todo cerrado, tal como lo encontramos a la llegada, y proseguimos nuestro camino.
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El refugio dispone hasta de una barbacoa |
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Jan firmando en el libro del refugio |
Subimos unos escalones y seguimos el camino que va paralelo a otro que queda más abajo a nuestra izquierda y que bordea el risco. Ambos senderos se unen un centenar de metros más allá, por lo que es preferible y más seguro, si vamos con niños, ir por el de la parte superior. Desde aquí ya se divisa el Serrat de Sant Martí sobre el que se asienta la iglesia y, por encima de ella, los restos del Castell de Voltregà.
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Abandonamos el refugio |
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Seguimos el sendero... |
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...que se une al que bordeaba el risco |
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El sendero sigue toda la cadena del risco |
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Una curiosa roca donde Jan se para a descansar |
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Vistas a Sant Martí Xic y el Castell de Voltregà |
A partir de este momento, el sendero está señalizado por unos enormes hitos de piedra que recorren todo el risco en ligero descenso. Pasamos por un pinar donde la procesionaria campa a sus anchas, procurando cruzarlo lo más rápido posible para evitar que nos caiga encima la pelusa urticante que puede irritarnos la piel o la garganta, en caso de aspirarla.
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Enormes hitos de piedra marcan el camino |
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Procesionaria |
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Nidos en los pinos |
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El sendero desciende... |
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...y nos introduce en un pinar |
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Vistas desde el camino |
Volvemos a enlazar con el PR que, tras atravesar otro pinar, nos lleva hasta el Coll de Sant Martí.
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Encontramos de nuevo las marcas del PR |
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El sendero sube ahora en busca del collado |
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Y tras subir esta pared rocosa... |
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...llegamos al Coll de Sant Martí |
Una vez en el collado, donde encontramos un poste indicador, giramos hacia la izquierda y nos encaminamos hasta la iglesia de Sant Martí Xic. Una valla impide el acceso con vehículo, pero hay un paso abierto para los caminantes. El edificio se encuentra situado en una amplia explanada. Es un lugar muy agradable, con mesas para poder comer y unas excelentes vistas, tanto hacia la Plana de Vic como hacia el Lluçanès.
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Valla que impide el paso a los cohes |
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Nos dirigimos hacia la iglesia |
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Mesas donde poder comer |
La iglesia data del año 1097, y se trata de una construcción de estilo románico, planta basilical, ábside y cubierta de vuelta de cañón. Destaca también su campanario de espadaña, única modificación realizada en el edificio. Tras encontrarse en un estado lamentable, en 1985 fue restaurada presentando hoy un magnífico aspecto. Frente a la entrada de la iglesia, un sendero sube hacia los restos del castillo de Voltregà, punto más alto de la excursión.
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Sant Marti Xic |
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Plazoleta frente a la iglesia |
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Sendero que conduce hasta los restos del castillo |
Subimos por el senderito y en unos minutos nos plantamos en la cima donde se encuentran los restos del antiguo castillo de Voltregà, una construcción de la que se tiene constancia desde el 902, año en que el conde de Barcelona, Ramón Borrell, entregó a Emerssenda de Carcasona. Hoy sólo quedan algunos restos de sus muros, pero es una estupenda atalaya desde la que gozar de las vistas que se abren ante nosotros.
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Los niños los primeros en llegar |
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Vistas a la iglesia desde el castillo |
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Castell de Voltregà, 854 m. |
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Jan tiene la gentileza de hacernos una foto |
Bajamos nuevamente a la plazoleta que hay junto a la iglesia donde aprovechamos para comer algo. Estamos solos, lo que no es muy habitual en este lugar. Tras la pausa, volvemos hacia el collado y seguimos la pista que queda frente a nosotros, en lugar de seguir el PR. La pista, amplia y llana, resigue todo el Serrat de Sant Martí (de hecho, nos conduciría hasta el coche si la siguiéramos). Llegamos hasta una bifurcación marcada con un hito de piedras, punto en el que dejamos la pista y bajamos por el sendero que nos conduce hasta la Bassa de la Miranda.
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Reponiendo fuerzas |
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Abandonamos el recinto de la iglesia |
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Nos dirigimos hacia el poste indicador |
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Subimos por aquí |
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Seguimos la pista |
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En este punto dejamos la pista |
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El sendero es amplio |
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Bassa de la Miranda |
Una vez en el estanque, nos acercamos hacia el borde del risco donde encontramos el sendero que baja todo el Grau de Serratosa y donde enlazaremos con el camino que hemos seguido a la ida. Si continuáramos por el sendero que marcha hacia la derecha, también nos encontraríamos con ese camino aunque más lejos. El principio de la bajada es empinado, por lo que hay que tener cuidado con los niños si son pequeños. De todas formas son sólo unos metros y tampoco presentan una gran dificultad.
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Sendero junto al risco por donde bajaremos |
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El principio de la bajada es empinado |
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Enlazamos con el camino de la ida |
Una vez que enlacemos con el camino de la subida, sólo queda seguirlo, cruzando la pista forestal varias veces, hasta llegar al depósito de agua donde habíamos dejado el coche.
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Bajamos hacia la pista forestal |
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La cruzamos varias veces por los atajos |
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Llegando al depósito de agua |
Tras la excursión nos fuimos a comer al restaurante El Santuari, en Sant Hipòlit de Voltregà, donde tienen un surtido de carnes exóticas y del país. Yo me comí un filete que me hizo llorar. Ah, y no dejéis de probar su cerveza artesana.
Muchas gracias por la informacion tan detallada.
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