El Pla de l'Estany, como su nombre indica, no destaca por tener una orografía importante. De hecho, sólo una elevación aparece en el listado de las 100 cimas de la FEEC: Sant Patllarí. Se trata de una sierra en cuyo punto culminante se levanta una bonita ermita románica del siglo XIII. La excursión es muy sencilla y como sólo nos llevará una mañana, se puede complementar con la visita al lago o a Les Estunes de Banyoles, unas enormes grietas de origen cárstico. El punto de partida de la ruta se encuentra en el pequeño núcleo de Pujarnol, a escasos seis kilómetros de Banyoles. Desde esta última localidad, tomaremos la carretera GI-524 que bordea el lago (es la carretera que viene de Olot y Santa Pau) para desviarnos por la GI-5247 una vez pasado Porqueres. En este
enlace encontraréis situado Pujarnol en Google Maps.
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Mapa de la ruta - ICC |
Distancia: 6,5 km.
Tiempo: 3 horas, con paradas
Dejamos el coche en la explanada que hay a la entrada de este núcleo rural compuesto de un par de casas y una iglesia y bajamos unos doscientos metros por la carretera hasta el desvío señalizado que marca el camino hacia Sant Patllarí.
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Algunas casas de Pujarnol |
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Bajamos un poco por la carretera |
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Y nos desviamos por esta pista |
Iniciamos una ligera subida por una pista forestal que pasa junto a unos prados y lo que parece ser una hípica donde hay unos caballos pastando. Gira hacia la derecha y sigue su suave ascenso hasta alcanzar Can Camós, habiendo dejado antes un par de pistas secundarias a ambos lados, siguiendo siempre las señales amarillas que nos marcan el camino.
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Subimos por la pista forestal |
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Unos caballos pastando |
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La pista bordea una finca... |
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...y sigue ascendiendo por medio del bosque |
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Seguimos siempre la pista principal... |
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...hasta llegar a Can Camós |
Desde la pista se nos abren unas amplias vistas hacia el Puigsou y la sierra de Rocacorba. Un poco más adelante, abandonamos la pista principal y seguimos subiendo por la izquierda, siguiendo las flechas amarillas que hay pintadas en unos postes de madera. Un cártel nos indica la dirección hacia el Mirador de Sant Patllarí.
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Vistas hacia el Puigsou |
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Giramos a la izquierda... |
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...tal como nos indica el poste |
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Y comenzamos a subir por un amplio sendero |
El sendero asciende atravesando un espeso bosque de encinas, pinos y robles. En diversas bifurcaciones que encontraremos sólo debemos hacer caso a las flechas amarillas. El terreno se vuelve más pedregoso e incómodo hasta llegar al Mirador de Sant Patllarí, un saliente desde el que se abren vistas hacia Banyoles y el resto de la comarca, aunque la vegetación no permite una buena panorámica del lago.
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Una nueva bifurcación señalizada |
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El sendero se estrecha |
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En cada desvío hay un poste indicador |
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El terreno un poco más pedregoso en este punto |
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Desvío al mirador |
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Indicador a pie de sendero |
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Vistas desde el mirador |
Abandonamos el mirador y continuamos nuestro camino hacia la ermita.
Unos trescientos metros antes de llegar a la cima, nos encontraremos una
bifurcación en la que seguiremos subiendo por la derecha. El sendero de la
izquierda será el camino por donde regresaremos a Pujarnol. Antes de llegar a la ermita, un poste nos marca un desvío para visitar la Pedra de la Mà de Dèu. Entramos por el senderito y caminamos unos metros hasta la piedra. De forma cuadrangular, no tiene nada relevante y por mucha imaginación que le eché no pude distinguir ninguna mano.
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Continuamos con nuestra ascensión por medio del bosque |
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En la bifurcación nos desviamos a la derecha |
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La Pedra de la Mà de Dèu |
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No encontré la mano grabada por ningún lado |
Abandonamos la roca y salimos nuevamente al sendero principal. Unos metros más de subida y alcanzamos la ermita que se alza sobre un pequeño promontorio. Junto a la iglesia hay también un vértice geodésico donde nos hacemos la foto de cima. Si bien las vistas hacia Banyoles están limitadas por los árboles, sí que podemos observar todo el Pirineo Oriental y, más a la izquierda, el Puigsou. La ermita data del siglo XIII, es un templo de una sola nave, planta rectangular y ábside semicircular, y aunque parece que al principio se trataba de la capilla de una fortaleza llamada Specula, no es hasta el año 1327 en que aparece documentada (Viquipèdia). Entramos en su interior donde destaca el altar de piedra y una pequeña ventana en la parte central del ábside.
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Al fondo divisamos ya la ermita |
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Vértice geodésico |
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La arboleda tapa las vistas al lago |
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Buscamos la entrada al templo |
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Interior de la ermita |
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Detalle del altar |
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Vista trasera de la ermita |
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Sant Patllari, 646 m. |
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Detalle del campanario |
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Una foto con Jan |
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Y otra del resto de la familia |
Tras un pasar un buen rato emprendemos el regreso a Pujarnol. Tenemos dos opciones: la primera, volver por el mismo camino de la subida; la segunda es recorrer toda la sierra atravesando un precioso encinar y realizar una ruta circular. Ésta última es la opción escogida por nosotros. Bajamos hasta la bifurcación que habíamos dejado 300 metros antes de llegar a la ermita y giramos a la derecha.
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Dejamos atrás la ermita |
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Tomamos ahora el sendero de la derecha |
El camino llanea y está señalizado por marcas amarillas pintadas en postes de madera. Hay que señalar, si hemos escogido esta opción para regresar a Pujarnol y tenemos niños muy pequeños, que en la parte final antes de llegar a la carretera hay un par o tres de puntos donde el sendero hace unas bajadas de las que hacen disfrutar a los bikers. No deben presentar problemas pero quizás haya que ayudar a bajar a los pequeños.
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El camino es llano y amplio |
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Nos guiaremos por los postes con marcas amarillas |
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Poco a poco el sendero se estrecha |
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Adentrándonos en el encinar |
Empezamos a atravesar el bonito encinar que junto con las rocas y el musgo que hay sobre ellas crea un paisaje de cuento de hadas. Sólo por cruzarlo merece la pena regresar por aquí.
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El bosque es bastante espeso |
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El musgo sobre las rocas da un colorido especial al bosque |
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Hay rocas repartidas por todo el camino |
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Otra foto más del bosque |
Poco a poco vamos dejando atrás el encinar y los pinos ocupan su lugar. Un poste indicador nos desvía momentáneamente del camino principal para acercarnos a ver el Pi Gros o el Pi Gran (sinceramente ahora no recuerdo como se llamaba), un majestuoso ejemplar de pino. Volvemos al sendero y, tras unas bajadas algo complicadillas, salimos a la carretera. Bajamos por ella algo menos de medio kilómetro hasta alcanzar Pujarnol y finalizar la excursión.
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Pi Gros |
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Ellos dos solos no pueden rodear el tronco |
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El sendero sigue atravesando el bosque... |
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...hasta salir a la carretera |
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Toca ahora bajar un poco |
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Pujarnol |
Como hemos acabado pronto, antes de ir a comer bajamos hasta Porqueres para visitar las Estunes. Simplemente hay que bajar por la carretera y en el desvío girar hacia la izquierda en dirección a Olot. A menos de un kilómetro, a nuestra izquierda, se encuentra el aparcamiento donde dejar el coche. La zona está dividida en dos zonas o recorridos señalizados. Primero visitamos el que hay a nuestra izquierda. Sólo hay que seguir los indicadores y, eso sí, tener cuidado con los niños para evitar que acaben dentro de una grieta. El recorrido es corto y las grietas no son muy espectaculares que digamos. No obstante, vale de aperitivo para lo que vamos a ver en el segundo recorrido.
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Comenzamos a ver las primeras grietas |
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Una grieta más grande |
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El musgo se pega a las rocas |
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No se observa bien pero esta es más profunda |
Nos encaminamos hacia el segundo sector de Les Estunes, un recorrido mucho más largo y espectacular. Entre robles y encinas se abren las primeras grietas en las rocas de tavertino. Una de ellas es enorme y podemos descender a su interior. Como he dicho algo más arriba, es importante tener controlados a los niños si son pequeños para evitarnos un susto.
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Nos encaminamos al segundo sector |
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Una primera grieta |
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Pasamos sobre un puente |
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Entrada a la grieta más grande |
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Detalle del interior |
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En algunos puntos las paredes se estrechan |
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Jan avanzando por la grieta |
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Ya se ve la salida por el otro lado |
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Venga, Tadeo Jones |
Tras recorrer parte de la grieta, pues hay un punto donde las paredes se estrechan bastante y seguir sería bastante incómodo, salimos fuera y seguimos visitando toda esta zona, dejándonos guiar por los postes que tienen el dibujo de una hada. Estamos en un bosque mágico habitado por estos seres sobrenaturales que al caer la noche, salen de las grietas para danzar y cantar. Nos vamos hasta el otro extremo de la gran grieta para adentrarnos nuevamente en su interior.
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Una enorme grieta y bastante profunda |
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Otro puente de madera |
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Ahora entramos por aquí |
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Jan va en cabeza |
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Impresiona el corte de las rocas |
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La madre también se anima |
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Jan sigue recorriendo toda la grieta |
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Hay que tener cuidado dentro de la grieta |
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La madre, maravillada |
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Saliendo nuevamente al exterior |
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Un enorme corte en esta roca de tavertino |
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Volviendo hacia la salida |
Volvemos hacia el aparcamiento finalizando la visita a esta fantástico lugar. Para terminar de aprovechar el día, podemos acercarnos al lago, si no lo conocemos, o, como en nuestro caso, marchar hasta Santa Pau para comer y visitar ese bonito pueblo medieval.
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