Con los niños a cuesstas

Con los niños a cuesstas

martes, 29 de octubre de 2013

Puig de la Balma

Nos acercamos a Mura, en el límite del Parque Natural de Sant Llorenç i l'Obac, para realizar una excursión de las que propone la dirección del parque y que nos podemos descargar de este enlace. La ruta, llamada "Balmes, masies i molins", es un agradable paseo, corto e ideal para hacer con niños ahora en otoño,  por los alrededores de Mura que nos llevará a conocer el Puig de la Balma, una masía construida en el hueco de una enorme balma. El itinerario está perfectamente señalizado, así que si te pierdes haztelo mirar, quizás por la mañana te confundiste y en lugar de agua llenaste la cantimplora con tintorro.

Distancia: 4 km
Tiempo: 3 horas, con paradas, visita al museo y café en el restaurante
Tiempo para un adulto:  1 hora 15 minutos

Mapa de la ruta - Ed. Alpina


La excursión comienza en el Centro de Interpretación de Mura, perfectamente indicado, que se encuentra a la salida del pueblo, por la pista que conduce a Rocafort. Por su parte derecha un camino encimentado baja hasta la riera de Nespres donde aparece el primer poste indicador. En un primer lugar seguiremos las flechas que conducen al collado de la Creu de la Vila, girando a la izquierda y caminando unos metros paralelos a la riera. Giramos a la derecha y unos metros más arriba hay una bifurcación con un poste metálico con las señales borradas (antiguos hitos del parque) donde nos iremos hacia la izquierda. A partir de este momento en cada bifurcación o desvío nos encontraremos los postes indicadores.


Centro de Interpretación de Mura

Bajando hacia la riera

Seguimos hacia la Creu de la Vila

En cada desvío hay un poste indicador

Subimos unos metros más hasta coincidir con un caminito empedrado que viene de Mura y que conduce hasta Montserrat. Poco a poco ganamos altura muy suavemente quedando a nuestra espalda las casas del pueblo. Un poco más adelante, en una nueva bifurcación, seguimos por la derecha dejando de lado el sendero que conduce a las cuevas de Mura, actualmente (y no se sabe hasta cuando) cerradas a los visitantes.


Camino de Mura a Montserrat

Dejando atrás el pueblo

Mura

En cuestión de unos veinte minutos llegamos al collado de la Creu de la Vila, donde una cruz de hierro domina el lugar. Según el folleto del parque la tradición popular cuenta que la gente acudía a este sitio para pedir protección contra la peste que asoló Europa en la Edad Media o, también, que los peregrinos que marchaban hasta Montserrat se detenían para realizar alguna petición.


Llegando al collado

Creu de la Vila

Bajamos ahora por el sendero que hay a la derecha de la cruz y nos adentramos en un bosque de pinos, encinas y madroños. Aprovechamos este tramo del camino para recoger hojas y madroños para el habitual trabajo del cole de los niños ahora en el otoño. Pronto, entre las nubes bajas que nos acompañan esta mañana, divisamos el Puig de la Balma.


Seguimos por esta bajada

Un madroño cargado de fruto

Caminando entre encinas

El Puig de la Balma desde el sendero

Continuamos por el sendero enfrascados en nuestras tareas recolectoras hasta llegar al camino principal, donde haremos un giro a la derecha. Antes, la panorámica nos permite ver la Vila, una de las grandes masías del Parque.


Saqueando el bosque

Los colores del otoño

La casa de la vila desde el camino

Una vez en el camino encontraremos un poste indicador que nos hace desviarnos a la izquierda por un senderito que pasa junto a un establo de ovejas y que desemboca en la pista forestal que conduce hasta el Puig de la Balma.


Abandonamos el camino en este punto...

...pasando junto a un establo

El rebaño descansando

Pista al Puig de la Balma

Nos llama la atención la  masía que se ha construido al refugio de esta enorme balma. Hasta ahora estábamos acostumbrados a visitar balmas más pequeñas, algunas de ellas con restos de construcción y que se hacían servir para el refugio del ganado y los pastores. Esta, sin embargo, fue  habitada ya en el siglo XII.


Detalle de la construcción

Puig de la Balma

Hoy la masía dispone de un museo donde hay una extraordinaria colección de utensilios domésticos (todos originales según nos comentó la persona al cargo) que muestran como se vivía en épocas donde no existía ni la Playstation, ni las pizzas, ni el Burger King, ni Bob Esponja, por lo que es muy recomendable visitarla con los niños. Disponen también de un alojamiento rural y un restaurante. Como curiosidad, en este lugar se rodaron muchas escenas de las películas Pa Negre y  El Bruc.


Cocina

Algunas herramientas

Cada herramienta está perfectamente identificada

Seguimos visitando las dependencias de la masía subiendo hasta el piso superior donde se encuentra el dormitorio y otra pequeña habitación aledaña. En el sótano está la despensa, donde almacenaban los embutidos, el vino y el aceite.


Al piso de arriba

Dormitorio

Otra dependencia con fotos del rodaje de Pa Negre

Cada oficio tiene su herramienta

Más enseres

En la despensa

Salimos al exterior y subimos hasta la capilla de Santa Margarida, y a la parte superior donde prensaban el vino y el aceite y se alojaba la bodega. Una vez realizada la visita, entramos a tomarnos un cafe en el restaurante que, aunque pequeño, tiene buena pinta. Si queremos comer en este lugar es mejor reservar, pues, según nos dijeron, se llena los fines de semana.


Accedemos a la parte superior de la masía

Lugar donde se pisaba la uva

Bodega

Una prensa

Bajamos hacia el restaurante

Nos ponemos nuevamente en marcha para regresar a Mura y desandamos el camino hasta salir a la pista desde donde nos habíamos desviado para subir al Puig de la Balma, pasando otra vez junto al establo de las ovejas. Caminamos unos metros acercándonos a la masía de la Vila, pero antes de llegar a ella, un poste indicador nos señala que debemos desviarnos hacia la derecha bordeándola por un estrecho sendero paralelo a un sembrado.


Dejamos atrás el Puig de la Balma

Acercándonos a la Vila...

...que hay que bordear siguiendo el senderito

Bajamos ahora atravesando un bosque de encinas y en ziga-zagas acabamos saliendo al Torrent dels Codolosos, a la vista de la masía de Can Miqueló. Merece la pena observar las formas que el agua deja en la roca en el lecho del torrente, ahora que baja bastante seco.


Bajando rodeados de encinas

Llegando al Torrent dels Codolosos

No lleva mucha agua que digamos

Cruzamos ahora al otro lado del torrente y pasamos junto a la masía de Can Miqueló. Un poco más adelante, a nuestra izquierda, está el edificio del Moli del Mig, que también puede visitarse, aunque nosotros encontramos las puertas cerradas. Sólo queda seguir el sendero unos metros más hasta desembocar en la pista asfaltada que lleva a Rocafort y seguirla durante 300 metros para llegar nuevamente al centro de interpretación.


Seguimos el sendero pasando junto a Can Miqueló

A la izquierda queda el edificio del Molí de Mig

Unos metros más y saldremos a la carretera

Nosotros comimos en Mura, en Cal Carter. No es barato pero se come de miedo. Hay que reservar porque los fines de semana se pone a tope.

viernes, 18 de octubre de 2013

Pedró de Tubau

Marchamos en esta ocasión a uno de los pueblos más pequeños de Catalunya para continuar con el reto de las cien cimas que teníamos algo abandonado. Sant Jaume de Frontanyà es una pequeño pueblo con no más de cuatro casas donde se levanta una de las iglesias románicas más bonitas de este país. Enclavado entre las comarcas del Berguedà y el Ripollès (se puede acceder a él desde ambos lados) es el punto de inicio para llegar a los Rasos de Tubau y desde allí alcanzar la cima del Pedró, su punto culminante y asomarnos al borde del risco en el Morro d'Ulà. La excursión, sin embargo, comienza en el Coll de la Batallola, a 2,5 km.de Sant Jaume por la carretera que conduce a la Pobla de Lillet. Una vez lleguemos a un paso canadiense, dejaremos el coche al inicio de la pista que sale a nuestra derecha. Ojo, que sólo hay espacio para un par de coches y si ya está ocupado por los "boletaires" nos tocará dejar el coche en el pueblo y sumar unos 4 km. más a la excursión. Para llegar a Sant Jaume de Frontanyà desde Barcelona iremos hasta casi la entrada de Ripoll y allí nos desviaremos por la carretera que conduce a Berga. Cuando alcancemos Borredà, nos desviaremos siguiendo las indicaciones hasta Sant Jaume de Frontanyà.

Distancia: 8,5 km.
Tiempo: 4 horas, con paradas
Tiempo para un adulto: 2 horas 45', sin paradas

Mapa de la ruta - Ed. Alpina

Pasamos de largo Sant Jaume de Frontanyà y seguimos por la carretera hasta el Coll de la Batallola. Tenemos suerte. Un coche "boletaire" se acaba de ir y puedo dejar el vehículo al inicio de la pista. Toda la excursión transcurre por pista forestal y el desnivel, algo menos de 400 metros, se supera fácilmente, siendo una excursión apta para toda la familia. La ruta no está señalizada, salvo algunas marcas rojas que encontraremos de tanto en tanto, pero sólo deberemos seguir la pista principal, que atravesando pinares y prados nos llevará hasta la explanada de los Rasos de Tubau.


Inicio de la excursión

Pista forestal

Algunas marcas en el camino

Comenzamos a andar esquivando el continuo paso de 4x4 cargados de "boletaires" a la búsqueda del preciado hongo. La pista, amplia y cómoda, hace al principio un pequeño sube y baja, hasta un kilómetro más adelante ascender ya continuamente aunque de forma moderada. Caminamos por un extenso pinar donde se han realizado labores de limpieza y cuyos restos se hayan repartidos a ambos lados de la pista. Las vistas van amenizando la excursión, algo monótona al principio. Alcanzamos finalmente el collado de la Creu de Soler, punto donde una cadena impide a los vehículos seguir avanzando.


Subimos por la pista

Sentados en unos troncos

Los restos de la limpieza se encuentran apilados a los lados del camino

Llegando a la Creu de Soler

En el collado hay un panel informativo sobre los Rasos de Tubau, con un mapa y algunos comentarios sobre la fauna que los habita. Cruzamos por encima de la cadena y subimos unos metros hasta una bifurcación donde confluyen tres senderos. Seguimos por el del medio en ligera subida que a partir de aquí se acentuará algo más.


Leyendo el panel informativo

Creu de Soler

Seguimos por el camino del centro en ligera subida

Pasando junto a unas reses que pastan

La pista se convierte en un sendero incómodo con mucha piedra suelta, mientras a nuestra izquierda divisamos entre los claros de los árboles el Pedraforca y la sierra del Cadí. Pasamos por un lugar conocido como Font Pigot por donde a la derecha sale un camino hacia la Font dels Garrotadors. Seguimos ganando altura por unos amplios claros donde pasta un nutrido grupo de vacas: hemos llegado a los Rasos de Tubau.


La sierra del Cadí asoman entre los árboles

Subiendo por una zona más despejada

Vistas al Pedraforca

Llegando a los Rasos de Tubau donde pasta el ganado
.

Seguimos el marcado camino adentrándonos en una zona de prados más boscosa donde el sendero se difumina, aunque aún es fácil de seguir. Encaramos una pequeña subida y ya vemos el vértice geodésico que corona la cima del Pedró de Tubau. Jan va un poco decepcionado porque no ha encontrado ningún "bolet", ni siquiera una triste seta a a la que hacerle una foto. ¡Y eso que llevamos un libro para identificarlas!


Cruzando los Rasos de Tubau

Detrás de los árboles está la cima

Jan, eso no es una seta

Seguimos el sendero entre los árboles

La cima, ya a tocar

Las vistas desde la cumbre son muy buenas, aunque si de verdad queremos disfrutar de ellas deberemos bajar por la vertiente norte unos metros hasta el borde del risco. Junto al vértice geodésico hay una bonita capilla en honor de Sant Marc. Cuando preparo la cámara para hacernos la foto de rigor, me llevo la sorpresa del día. Mi tropa me ha regalado una camiseta por mi cumpleaños para que me la ponga cada vez que subamos una montaña.


Erik me enseña la sorpresa

Pedró de Tubau, 1543 m.

Los peques en su 34ª cima del reto

Capilla de Sant Marc

Bajamos ahora por la vertiente norte (la parte posterior de la cima) desviándonos un poco hacia la izquierda para acercarnos al borde del risco, punto conocido como el Morro d'Ulà, desde donde las vistas son extraordinarias. Hay que vigilar a los niños, si son pequeños, pues les puede dar por bajar la ladera corriendo y como no frenen a tiempo.... Contemplamos toda la zona montañosa que va desde Gombrèn a la Pobla de Lillet, la sierra de Montgrony con su santuario, el Cadí, el Pedraforca, etc. Unas vistas impresionantes que recompensan el haber subido a esta montaña.


Bajamos por la otra vertiente de la montaña

La ladera se empina en esta parte

En el borde del risco

Un servidor disfrutando de las vistas

Toda la ladera está llena de setas (ningún rovellon, claro está) que consiguen hacer felices a los niños, en especial a Erik, que me quita la cámara y comienza a fotografiarlas, aunque no identificamos ninguna, a pesar del libro. Regresamos subiendo la ladera hacia la cima del Pedró donde pasamos un rato más disfrutando de las vistas.


Una seta

Otra seta

Subimos nuevamente la ladera...

...y otra vez en la cima del Pedró

Finalmente descendemos por el mismo camino hasta donde hemos dejado el coche para dirigirnos a Sant Jaume de Frontanyà, donde comemos en el hostal del pueblo y visitamos la iglesia que data del siglo XI. Para acceder a su interior hay que pedir la llave en la fonda que hay frente a ella, dejando el DNI como depósito. Merece la pena visitarla.

Abandonando la cima

Pasando junto al ganado por los Rasos de Tubau

Un amigo

Sant Jaume de Frontanyà al fondo

Iglesia de Sant Jaume de Frontanyà