Continuo con otra de las excursiones que realizamos la pasada primavera y que la falta de tiempo me ha impedido tener al día en el blog. Se trata de una ruta conocida como el Tomb de la Cabrafiga, y consiste en un recorrido circular que nos conducirá hasta la cima del Puig de la Cabrafiga, una montaña cercana a la Serra de Llabería desde la que tendremos unas excelentes vistas hacia la costa y el Camp de Tarragona. La ruta no es muy larga pero sí algo exigente, no recomendada para niños muy pequeños. Puede hacerse en los dos sentidos de la marcha y, con franqueza, no sé aconsejar cual puede ser mejor. En ambos las fuertes pendientes y el terreno terroso y lleno de pequeñas piedras hacen que en las bajadas se deba extremar la precaución para evitar un resbalón o una torcedura. También se debe evitar esta excursión en días muy calurosos o con fuerte viento. El punto de partida es la localidad de Pratdip, famosa por los "dips", los perros vampíros, y merece una visita tras finalizar la excursión. Desde Barcelona, bajando hacia Tarragona por la AP-7, la dejaremos en la salida 35, para continuar por la A7 en dirección a Cambrils, abandonando ésta en la salida 1131 (Miami Platja). Aquí cogeremos la T-310 que nos dejará a la entrada del pueblo, donde aparcamos al lado de la piscina, en la Avenida Catalunya.
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Mapa de la ruta - Ed Piolet |
Distancia: 9,5 km.
Tiempo: 6 horas, con paradas
Tiempo para un adulto: 4 horas, sin paradas
Dejamos el coche y bajamos por la carretera en dirección a Mont-Roig unos metros hasta alcanzar un poste indicador que señala un camino que baja hacia el barranco de la Dòvia.
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Monumento a los Dips |
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Bajando por la carretera |
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Punto donde se inicia el sendero |
El sendero, señalizado con las marcas azules y amarillas, llanea primero por un terrero de cemento y, posteriormente de tierra, pasando junto a unos campos de cultivo hasta alcanzar la capilla de Sant Isidre, colocada en el hueco de una gran roca.
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El sendero llanea |
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Pasamos junto a unos cultivos |
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El camino se estrecha para no pisar los sembrados |
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Capilla de Sant Isidre |
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Placa de la capilla |
Seguimos adelante y pasamos junto a unas pequeñas pozas de agua, dejando ahora el torrente a nuestra izquierda. Un poste indicador nos desvía a la derecha y nos hace ganar unos metros de altura, alejándonos del lecho del torrente. A nuestra izquierda, divisamos los arcos de un acueducto que supongo llevaría agua hasta el molino, los restos del antiguo Molí d'en Xenca y una granja. El sendero hace varias subidas y bajadas, cruzando un pinar que contrasta con la espesa vegetación de ribera que hemos visto antes y que volveremos a encontrarnos un poco más adelante.
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Pequeña poza |
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Encontramos un nuevo poste indicador |
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Restos de un antiguo acueducto |
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El sendero sube por la ladera |
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Vistas hacia una granja |
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Toda la ladera está cubierta de pinos |
Alcanzamos un nuevo poste indicador que nos desvía hacia la izquierda (siempre debemos seguir las señales que marcan la ruta conocida como el Tomb de la Cabrafiga) y que nos dirige hacia el lecho del torrente, que está seco. Pasamos por el Salt de la Sabinosa, que al no llevar agua no presenta problema alguno para cruzar pero que nos impide disfrutar de su belleza, y pasamos al otro lado del curso del torrente, caminando ahora por una zona ancha y llana. Un poco más adelante nos encontramos con la Casa de Paco, una edificación en precario estado, y, tras cruzar nuevamente el torrente atravesando su seco lecho llegamos hasta la entrada de un túnel.
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Nuevo poste indicador |
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Volvemos a encontrarnos vegetación de ribera |
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Salt de la Sabinosa |
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Pasamos al otro lado |
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El camino llanea en esta zona |
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Casa de Paco |
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Nos acercamos al punto donde abandonaremos el barranco |
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Cruzamos el torrente por última vez |
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Alcanzamos el túnel |
Cruzamos la canalización metálica que nos lleva al otro lado de la carretera y al Barranco de la Cova d'en Bargalló, donde encontramos un nuevo poste indicador. El sendero, bastante empedrado, comienza a ganar altura remontando toda la ladera hasta llevarnos al inicio del Grau de les Mugues.
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Pasamos al otro lado del túnel |
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Poste indicador |
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Comenzamos la subida |
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Poco a poco ganamos altura |
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Vistas a la Sierra de Llaberia |
Llegamos al inicio del Grau de les Mugues, una canal rocosa que presenta un tramo bastante empinado en el que deberemos ayudarnos de las manos en algún que otro punto. Sin muchas complicaciones para subir (bajar tiene que ser otra historia), alcanzamos la parte superior del risco.
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El sendero se empina de forma notable |
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Una bonita oquedad en la pared de la montaña |
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Seguimos las marcas |
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Tramo algo más complicado |
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Llegando a la parte superior del grau |
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El nombre del Grau pintado en una roca |
El sendero, mucho más llano en esta parte pero muy pedregoso, nos conduce hasta un poste indicador. Aquí nos desviamos a la derecha para subir hasta los restos de un antiguo asentamiento ibero conocido como el Castellet de les Mugues. No queda mucho del asentamiento, si acaso los restos de una pequeña pared, pero sí que es un lugar interesante para hacernos una idea de los puntos estratégicos donde aquellos antiguos habitantes de estas tierras construían sus aldeas. El lugar presenta unas amplias vistas hacia la costa y es un perfecto punto de observación que podía prever posibles ataques.
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El sendero es más plano por esta zona |
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Poste indicador |
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Subimos por un sendero bastante tapado |
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Restos del asentamiento íbero |
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Castellet de les Mugues |
Tras pasar un ratito en el poblado íbero, bajamos nuevamente hasta el poste indicador y continuamos nuestra marcha por un sendero que, rodeando el Puig de les Mugues por su ladera oriental, en una subida constante nos llevará hasta el Coll dels Meners. Este tramo es bastante "durillo". El sendero es muy pedregoso y algo empinado, motivo por el que es preferible evitar hacer esta excursión en días calurosos. Si los niños son pequeños, es mejor tomarlo con calma, caminar despacio y poco a poco ir ganando metros. Junto al sendero, encontraremos una de las 4 bocas de mina que hay repartidas por las faldas de la montaña.
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Comenzamos a remontar la ladera |
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El sendero es algo estrecho |
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El terreno muy resbaladizo para bajar por aqui |
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Una boca de mina |
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Jan no pierde la oportunidad de explorarla |
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La boca parece estar cegada al fondo |
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Parece otra boca de mina |
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Ganando los últimos metros de subida |
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Alcanzando el Coll dels Meners |
Desde el collado, el camino sigue su flanqueo y nos dirige ahora hacia el Coll de la Fita de la Partió atravesando una zona algo aérea pero relativamente sencilla (de todas formas hay que tener cuidado con el terreno, que no deja de ser muy pedregoso) y muy bonita por cierto, conocida como el Pas del Cabrit, que nos dejará a los pies del Puig de la Cabrafiga.
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Avanzamos hacia el Pas del Cabrit |
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Inicio del sendero que flanquea la ladera |
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Poco a poco vamos recorriendo todo el Pas del Cabrit |
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El terreno es muy rocoso |
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Atrás queda el Puig de les Mugues |
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Vistas hacia la urbanización Bonmont Terras Noves |
Una vez alcanzado el Coll de la Fita de la Partió, frente a nosotros queda la cima del Puig de la Cabrafiga y el evidente camino que nos conducirá hasta ella. La subida no es muy dura. A nuestra izquierda observamos el Barranc de la Cova d'en Bargalló y las Crestes de Cal Perdut. Poco a poco y agradeciendo la brisa que se ha levantado, nos plantamos en la cumbre del Puig de la Cabrafica, un nuevo cent cims que añadir a nuestra lista. Es el punto más alto de la excursión y excelente atalaya del Camp de Tarragona desde la que tenemos unas vistas extraordinarias. Un vértice geodésico, un pesebre y un indicador decoran la cima. Al parecer, el nombre le viene de la cabrafiga, un tipo de higuera silvestre que crece entre las rocas. Nosotros no vimos ninguna o, al menos, no las supimos reconocer.
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Desde el collado vemos la cima al fondo |
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Vistas hacia el Barranc de la Cova d'en Bargalló |
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Ya tenemos la cima a tocar |
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Vistas hacia Els Meners y el Puig de les Mugues |
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Cima del Puig de la Cabrafiga |
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Últimos metros para Jan y su madre |
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Erik ha sido el primero en llegar |
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Puig de la Cabrafiga, 614 m. |
Aprovechamos que no hace viento y la temperatura es agradable para comer en la cima. Tras recuperar fuerzas, nos ponemos nuevamente en marcha para completar el recorrido siguiendo todo el cordal de la montaña, por la zona conocida como el Pas del Gos. Es un terreno bastante pedregoso, pero no muy complicado.
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Vistas del cordal que debemos recorrer |
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El sendero es muy evidente |
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Vistas a Pratdip |
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Dejamos el cordal y perdemos altura |
El cordal nos conduce hasta el Portell dels Grauets, un grau por el que descenderemos y en el que hay que tener mucho cuidado. A parte del terreno pedregoso y resbaladizo, tiene bastante pendiente y algún que otro punto bastante aéreo. Con mucha calma y cuidado descendemos por él hasta llegar al pie de la canal donde encontramos un poste indicador, junto a una torre de alta tensión. En todo momento seguiremos la marcas azules, que van señalizando el camino.
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Un punto delicado en la ruta, cuidado al bajar |
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El sendero nos lleva hasta el inicio del grau |
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Pasamos junto a esta pared rocosa |
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Vistas a las Crestes de Cal Perdut |
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Como se aprecia, el terreno que pisamos es complicadito |
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Otro punto delicado por donde hay que bajar |
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Descendemos pegados a la pared |
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Cruzamos esta pequeña tartera |
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Torre de alta tensión al final del grau |
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Llegando al poste indicador |
Junto a la torre de alta tensión un indicador señala un sendero que permite acercarse hasta las Coves del Grauet y la Cova de Sisè. Si no vamos muy cansados y queremos visitarlas, podemos acercarnos. Nosotros decidimos seguir el sendero hacia Pratdip, pues los niños iban cansados y, a pesar de que la previsión meteorológica era buena, habían empezado a crecer unos cúmulos algo sospechosos y desde el cordal habíamos visto que llovía sobre las montañas de Prades. El sendero, aunque no mejora el piso, se ensancha y continua el descenso, esta vez más suave, hasta desembocar en la carretera. Sólo nos queda girar a la izquierda y bajar un centenar de metros por ella hasta donde habíamos dejado el coche.
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El camino se ensancha |
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El descenso es más suave en esta parte |
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Entramos en zona más boscosa |
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Restos de un antiguo horno de cal |
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El camino hace algunas lazadas para perder altura |
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Saliendo ya a la carretera |
Tras finalizar la excursión, tal como dije al inicio de la entrada, merece la pena visitar el pueblo. Destaca su casco antiguo y un par de torres en lo que queda de muralla y, obviamente, los restos del castillo al que se puede acceder hasta su parte superior. Y sobre todo, estemos atentos por si nos encontramos un dip, el perro vampiro.
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