Por la Sierra de Milany baja en dirección a Vallfogona del Ripollès un torrente que a lo largo de su curso forma una serie de saltos que, sin ser tan espectaculares como los del Torrent de la Cabana, bien merecen una visita. Su curso cruza una zona boscosa de hayedos y espesa vegetación que le confieren una gran belleza. Tengo que señalar que en esta excursión sólo visitaremos unos pocos saltos de agua, ya que no recorreremos todo el curso del torrente por su elevada distancia kilométrica a la hora de hacerla con niños. La ruta está basada en los itinerarios 57 y 58 del
CEA Alt Ter, pero si alguien está interesado en visitar todos los saltos de agua no tendrá problemas de encontrar el recorrido en la web de Wikiloc. El punto de partida es el pequeño y bonito pueblo de Vallfogona del Ripollès, a donde llegaremos desde Ripoll por la N-260a. Tras dejar la carretera y entrar en el pueblo, bajamos hasta la parte inferior por la calle que lo bordea y dejamos el coche en un aparcamiento que hay habilitado.
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Mapa de la ruta - Ed. Alpina |
Distancia: 9,5 km.
Tiempo: 4 horas, con paradas
Tiempo para un adulto: 3 horas, sin paradas
Frente a donde hemos dejado el coche, al otro lado de la calle, un poste indicador nos señala un camino que baja hacia el puente medieval que cruza la riera de Vallfogona. Nuestro primer objetivo del día es visitar la Font de la Tosca, una enorme roca caliza sobre la que discurre el agua de la fuente y que le confiere un aspecto bastante llamativo. El sendero enlosado baja hacia el lecho de torrente y nos conduce hasta el puente medieval. Lo cruzamos y en la bifurcación nos desviamos hacia la izquierda, siguiendo las indicaciones del poste que nos marca el camino hacia la Tosca.
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Inicio de la excursión |
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El sendero baja hacia el torrente |
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Pisamos un terreno enlosado |
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Cruzamos el puente |
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Puente medieval de Vallfogona |
Llegamos a la Tosca, que a esta hora temprana de la mañana tira bastante agua. El agua se filtra a través de una enorme roca calcárea, bastante porosa, y, al igual que pasa con las estalactitas o estalagmitas de las cuevas, va formando poco a poco esta maravilla de la naturaleza. A ambos lados hay unos tramos de escalera que te acercan a la roca y, posteriormente, te conducen a la parte superior donde se encuentra el yacimiento arqueológico de la Teuleria del Pinetar de l'Obra, antiguo horno donde se cocían las tejas y ladrillos con las que, al parecer, se efectuaron obras de ampliación de la iglesia de Sant Julià, allá en el siglo XVIII.
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La familia parece querer darse un baño |
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La Tosca desde abajo |
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Detalle de la roca |
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Escaleras hacia la parte superior |
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Por este agujero podemos pasar al otro lado de la roca |
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Teuleria del Pinetar |
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Detalle interior de la Teuleria |
A partir de este punto deberemos seguir en todo momento las marcas azules que nos acompañarán a lo largo de todo el recorrido. Dejamos atrás la Teulería del Pinetar y subimos por un frondoso bosque, realmente bonito, todavía húmedo por las tormentas que han caído durante toda la semana (esta excursión la realizamos unas semanas atrás en relación con la fecha de la entrada). El sendero nos lleva hasta la pista que sube hacia la Llastanosa donde encontramos un nuevo poste indicador. Giramos hacia la derecha y comenzamos a subir por ella.
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Dejamos atrás la Teuleria |
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El sendero está casi tapado por la hierba |
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Marcas azules que señalan el camino |
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Poste indicador con la marca azul |
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Subimos por la pista |
La subida por la pista es algo monótona pero se compensa con la belleza del paisaje. Subimos rodeados de pinos, encinas y hayas siempre tras las marcas azules. Encontraremos una pista que baja a nuestra izquierda donde también hay marcas azules. La dejamos de lado y continuamos siempre por la pista principal. Pronto encontraremos otra vez marcas azules que nos indican que vamos por el buen camino. Tras un rato de subida la pista hace un giro hacia la izquierda y por su derecha se abre una pequeña explanada donde comienza otra pista de tierra en bajada, lugar en el que encontraremos otro poste indicador. Atentos a este punto. No debemos bajar por la pista de tierra. Justo al inicio de ella hay un poste con la marca azul que, no muy claramente, señala un senderito que sube por la izquierda y que se introduce en el bosque. Es el camino que debemos seguir. Nuevamente las marcas azules nos confirman que hemos acertado.
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Subiendo por la pista |
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Vistas a la sierra de Milany |
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En este tramo abundan más los pinos |
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En este punto dejamos la pista |
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Poste indicador al inicio de la bajada |
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Senderito a la izquierda de la pista que debemos seguir |
Comienza ahora la parte más bonita, en mi humilde opinión, de la excursión, mucho más que los saltos de agua. El sendero se ensancha y nos introducimos en un precioso hayedo, donde puedes observar todos los tonos del verde. El camino comienza con un sube y baja, aunque vamos continuamente ganando altura, para un rato después llanear y, finalmente, bajar en busca del Torrente de la Font del Bisbe.
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El sendero se abre |
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Siempre seguimos los puntos azules |
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Cruzando el hayedo |
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Un obstáculo que superar |
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Unas veces subimos... |
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...y otras bajamos |
Llegamos hasta el torrente de la Font del Bisbe, que baja casi seco y, antes de cruzarlo, nos desviamos 100 metros a la derecha para ver los restos del antiguo horno de cal de la Llastanosa. Cruzamos el lecho seco y seguimos el sendero en bajada a través del hayedo, pasando junto a las paredes de roca por donde el torrente, de ir con agua, formaría una bonita cascada. En esta ocasión, parece ser que no ha sido suficiente con las lluvias de los últimos días para poder contemplar ese bonito espectáculo de la naturaleza.
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Restos del antiguo horno |
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Cruzando el lecho del torrente |
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El sendero baja ahora |
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Esto tendría que haber sido la foto de una cascada |
El sendero nos conduce en su bajada hasta el torrente de la Masica. Este si que lleva agua, aunque menos de la que esperaba, y el sonido de ésta nos anuncia que estamos cerca del primer salto que vamos a ver. Cruzamos el torrente por una pasarela de piedras y llegamos a la parte superior del salto. Bajamos por el caminito y llegamos a la base del salto de agua conocido como el Saltant. En este punto, si siguiéramos el torrente hacia arriba podríamos ver otros saltos de agua, hasta el inicio de éstos, pero serían bastantes kilómetros más que añadir a la excursión.
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Seguimos bajando |
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Cruzamos el torrente |
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En la parte superior del salto de agua |
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Erik contemplando el salto |
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El Saltant |
Nos encontramos en una zona fresca, muy húmeda y frondosa, nada que ver con los espacios abiertos que podemos encontrar en los saltos del Torrent de la Cabana. Sin embargo, el lugar es de una gran belleza y el agua de una transparencia cristalina. Dejamos el Saltant y continuamos paralelos al torrente, que en algunos puntos forma pequeños saltos. Un poco más adelante llegamos a un nuevo salto de agua conocido como la Gorga de Dalt, pero antes de bajar a verlo, me desvío por un sendero señalizado que me lleva hasta la Bauma del Boer. Vista la balma, regreso al desvío y bajamos para contemplar este nuevo salto de agua.
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El torrente forma otros pequeños saltos a lo largo de su curso |
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Erik y Jan encabezando la marcha |
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Bauma del Boer |
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Gorga de Dalt |
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Una foto de Jan con el salto de agua |
Continuamos nuestro camino hasta llegar un poco más abajo a otro salto, la Gorga de Baix, el último de los que visitaremos en esta excursión. El camino continúa hasta llegar a un puente de madera que nos lleva a la otra ribera del torrente. Un poco más adelante encontramos un poste indicador que señala l'era de batre d'en Paixana. Abandonamos el camino principal y subimos por un senderito para visitar este claro que necesita una buena limpieza, pues la vegetación ocupa toda la explanada. Una vez visto, volvemos otra vez al sendero.
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Gorga de Baix |
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Puente que cruza el Torrent de la Masica |
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Una foto en el puente |
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Desvío señalizado |
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Era de batre d'en Paixana |
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La familia observando este pequeño claro |
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De vuelta al camino |
Seguimos bajando hasta que el sendero desemboca en la pista que conduce a la Tosca. Giramos a la derecha y en unos minutos estamos nuevamente frente a la roca, donde aprovechamos para refrescarnos los niños y yo.
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El sendero nos lleva a una pista... |
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...por la que seguimos |
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Otra vez en La Tosca |
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Aprovechamos para refrescarnos un poco |
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Detalle de la roca |
Desde aquí regresamos al pueblo no por el camino de la ida, sino que seguimos la pista asfaltada, pasando junto a una masía y entrando al pueblo unos quince minutos más tarde. El camino es un poco más largo, pero más cómodo.
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Bajamos por la pista asfaltada |
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Vistas al pueblo |
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Pasando junto a una masía... |
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...donde pastan unos "amigos" al otro lado del camino |
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Llegando al Vallfogona |
Finalizamos la excursión visitando el pueblo. La mejor época para venir a ver los saltos de agua es el otoño, en época de lluvias. Nosotros fuimos en verano pensando que con las tormentas que durante toda la semana habían descargado por la zona (antes de esta ola de calor que llevamos sufriendo un par de semanas) el torrente llevaría más agua. No fue el caso, pero incluso sin mucha agua es un lugar que bien merece una visita.
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