Volvemos tres años después a la Fageda d'en Jordà para, en esta ocasión, dar toda la vuelta completa a la zona volcánica, que la primera vez no realizamos por lo pequeño que era Jan para un recorrido tan largo. Visitaremos los volcanes Croscat y Santa Margarida, ascenderemos a la cima del primero y bajaremos al cráter del segundo y volveremos a pasar por la Fageda d'en Jordà, que en esta ocasión y a pesar de que llevamos mes y medio de otoño, conserva un color verde propio de finales del verano (para que luego haya escépticos del cambio climático). Se trata de una excursión muy bonita pero bastante larga, sin mucha dificultad, salvo la distancia si decidimos no subir a la cima del Croscat. Al ser una de las cimas que aparecen en el reto de la FEEC, nosotros aprovechamos la ocasión para ascenderla y sumar una más, pero puede ser obviada y contentarnos con visitar sólo las grederes del volcán (creo que el término en castellano es gredal, pero no estoy seguro). El punto de inicio es el parking de Can Serra, donde se haya el centro de información del parque, a un par de kilómetros de Olot en dirección a Santa Pau. Si vamos con niños recomiendo realizar la ruta empezando por el Croscat y acabando por la Fageda d'en Jordà, pues nos ahorraremos bastante desnivel positivo y será más fácil para los pequeños.
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Mapa de la ruta |
Distancia: 14 km.
Tiempo: 6 horas 30' (con paradas y ascensión al Croscat)
Tiempo para un adulto: 3 horas 30' (sin paradas y sin ascender al Croscat)
Dejamos el coche en el área de Can Serra (hay que madrugar porque si llegamos a media mañana podemos acabar aparcando en Olot) y nos encaminamos hacia el Croscat, primer objetivo del día, por el sendero señalizado que queda al fondo del centro de información. Todo el recorrido está perfectamente señalizado y sólo debemos preocuparnos de seguir las indicaciones del itinerario nº 1. Atravesamos un bosque de hayas y encinas bastante espeso hasta desembocar en una pista de tierra que seguiremos hacia la izquierda.
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Preparados para iniciar la excursión |
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Cogemos el sendero marcado por los postes indicadores |
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Caminando por un bosque bastante tupido |
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Saliendo a la pista |
La pista pasa por algunas viviendas hasta desembocar en un amplio camino a los pies del Croscat. El suelo rojizo destaca sobre el verde de los campos de cultivo que hay a nuestra izquierda, formando un contraste muy bonito. Pasamos por lo que era el antiguo vertedero, hoy clausurado, en el que se aprecian algunos cortes que dejan a la vista la roca negruzca del volcán.
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Pasamos junto a unas viviendas |
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Pequeños cortes en la ladera del volcán |
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Campos de cultivo |
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Rodeando el Croscat |
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Las grederes del Croscat desde el camino |
En el Parque Natural hay identificados 38 volcanes, todos ellos formados a partir de una sola erupción. Continuamos rodeando la base del Croscat pasando por una zona de escórias (nombre que recibe la lava porosa que expulsa el volcán y posteriormente se solidifica) de color rojizo. El antiguo acceso a las
grederes del volcán está cerrado, por lo que hay que continuar hasta casi la carretera donde una pista a la derecha marcada como itinerario nº 15 nos llevará hasta él.
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Antiguo acceso cerrado |
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Rodeamos la base del volcán |
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¿En Marte? No, en la Garrotxa |
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Pista que nos conduce al gredal del Croscat |
La pista gira hacia la derecha paralela al camino que hemos hecho. Encontraremos un sendero a la izquierda cerrado con una cadena (para evitar confusiones a las personas que quieren visitar las
grederes) que es el que nos conducirá después hasta la cima del Croscat. Ahora, seguimos andando y tras bajar unos escalones de madera, llegamos al punto de información del volcán, desde donde se accede al interior del mismo.
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Accediendo al Croscat |
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Grederes del Croscat |
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Parte inferior del volcán |
El Croscat es el volcán más alto de la península con 160 metros de altura relativa y un diámetro de 950 metros. Su forma original cónica ha quedado desfigurada hasta la forma actual en herradura por la extracción minera. Es un volcán de tipo estromboliano y destaca por sus escorias que van del rojo al negro, en función de la oxidación de la greda.
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Detalle de las escorias, del negro al rojo |
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Bajamos a la zona más baja del volcán |
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Erik junto a una enorme roca porosa |
Deambulamos un buen rato por las
grederes, los pequeños sorprendidos por el poco peso de las "piedras". El Croscat es el volcán más joven de la zona, hizo erupción hace "sólo" 11.500 años. El río de lava que expulsó se encuentra hoy en la Fageda d'en Jordà.
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Bajando hasta la parte final del volcán, casi junto al camino |
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Grandes acumulaciones de escorias |
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Todos con el Croscat a la espalda |
Volvemos por nuestros pasos y nos desviamos por el sendero que está cortado por una cadena. Como he dicho al principio, podemos prescindir de la subida (que con los niños nos puede llevar de 30 a 45 minutos subir y bajar). Para ser honesto, la subida no aporta nada, salvo el hecho de coronar el volcán junto a los restos de una antigua torre de vigilancia, y las vistas no son mejores de las que hemos tenido desde la parte superior de las
grederes. Ascendemos por el camino con una pendiente en algunos tramos algo fuerte. Cuando parece que el camino se acaba, un senderito muy empinado y arenoso sale a la izquierda y nos lleva hasta la cumbre.
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Camino a la cima del Croscat |
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Erik llegando al desvío |
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Hay que subir por aquí para hacer cima |
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Restos de la antigua torre de vigilancia |
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Volcán Croscat, 790 m. |
Tras una corta estancia en la cima para tirar cuatro fotos y observar el volcán desde la parte superior, enfilamos el caminito hacia abajo procurando no resbalar hasta alcanzar nuevamente el amplio sendero que nos baja nuevamente a la base del volcán y al itinerario nº 1 que seguimos hacia el aparcamiento de Santa Margarida.
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Vistas desde la cima |
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Los niños disfrutando de las vistas |
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De camino al parking de Santa Margarida |
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Una foto con el Croscat al fondo |
Cruzamos la carretera de Santa Pau y pasamos por el aparcamiento. Si sólo queremos visitar el volcán Croscat o el de Santa Margarida con los niños, es aquí donde debemos dejar el coche. Eso sí, como dije antes, si venimos en fin de semana hay que madrugar. Nosotros pasamos a las once y media y ya estaba completo. Seguimos un amplio camino en suave ascenso cruzándonos con una multitud de familias y nos unimos a la "peregrinación". Dejamos a nuestra derecha la masía de Caselles y enfilamos el tramo más duro de la subida hasta el volcán, que tampoco presenta mucha dificultad, hasta llegar al desvío que baja al cráter.
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Por el camino hacia el volcán |
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Pasamos junto a la masía de Caselles |
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En este tramo el camino es más empinado |
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Desvío hacia el interior del cráter |
Descendemos por un sendero escalonado, protegido por barandas de madera hasta llegar al fondo del cráter donde se encuentra la ermita de Santa Margarida, que da nombre al volcán. La explanada está llena de gente y solo falta una paella gigante donde preparar un buen arroz o una tómbola donde sorteen una muñeca chochona.
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Llegando al cráter |
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Ermita de Santa Margarida |
Rodeamos la ermita y buscamos un trozo de hierba donde descansar un buen rato y ya comer de paso. No es fácil, pues el prado está más concurrido que la playa en agosto. El volcán de Santa Margarida es un volcán de tipo freatomagmático, aunque también tuvo fases eruptivas estrombolianas. Su cráter tiene un diámetro de 350 metros y una profundidad de 70 metros. La ermita, de origen románico, ha sufrido muchas modificaciones a lo largo de los años, hasta el edificio que podemos observar hoy.
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Pasamos junto a la ermita que está cerrada |
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Erik descansando tras haber conseguido su metro cuadrado de hierba |
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Una foto de los papis |
Nos ponemos de nuevo en marcha subiendo por el camino que hay frente a la entrada de la ermita. Una vez arriba, giramos a la izquierda (por la derecha rodearíamos el cráter) y empezamos una larga bajada siguiendo las indicaciones hacia Sant Miquel de Sacot. La pista, muy cómoda y sombreada, desemboca en un cruce de caminos, donde se cruzan los itinerarios 1 y 4.
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Abandonando el cráter |
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Dejamos el prado igual de concurrido que a la llegada |
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Bajando por la otra ladera del volcán |
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Cruce de caminos |
Seguimos la señal del primero y llegamos a una pista asfaltada que nos lleva hasta el Pla de Sacot a los pies de la iglesia. Subimos por un camino de tierra y hacemos otra parada antes de afrontar el último tramo de la excursión. Sant Miquel de Sacot es una iglesia de planta románica del siglo XI. Es un buen lugar para comer, si no lo hemos hecho en el prado de Santa Margarida. Podemos sentarnos en el muro que hay a la derecha de la iglesia, donde hay sombra y espacio suficiente.
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Pla de Sacot |
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Sant Miquel |
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Jan mirando el santo... |
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...y ahora las vacas |
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Llegando a la iglesia |
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Sant Miquel de Sacot |
Frente a la iglesia subimos por la pista hasta que unos metros más arriba un poste nos señala por donde bajar en dirección a la Fageda d'en Jordà. Bajamos ahora por un camino muy abrupto y accidentado con fuerte pendiente (eso que nos hemos ahorrado de subir al haber comenzado por el Croscat) que nos llevará primero hasta la masía conocida como Prat de la Plaça y de ahí por una pista de asfalto hasta la fábrica La Fageda, la de los yogures.
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Dejando atrás Sant Miquel Sacot |
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La bajada es complicada |
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Un terreno muy pedregoso |
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Salimos a la pista asfaltada |
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Acceso a la Cooperativa La Fageda |
Dejamos el asfalto y siguiendo los postes indicadores entramos ahora en un camino de tierra más boscoso que nos conducirá hasta la entrada de la Fageda d'en Jordà. Durante aproximadamente un kilómetro y medio pasearemos por un precioso bosque de hayas al que este otoño tardío no ha despojado todavía de sus hojas, predominando el color verde sobre el marrón.
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Dejamos el asfalto y seguimos por este camino de tierra |
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Entrada a la Fageda d'en Jordà |
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Pocas hojas en el suelo y mucho verde en los árboles |
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Muros de piedra seca |
La Fageda d'en Jordà se haya en un terreno bastante llano, el origen del cual lo encontramos en la lava que expulsó el volcán Croscat. Si nos fijamos, nos daremos cuenta de pequeñas elevaciones del terreno: son los conocidos
tossols, que pueden alcanzar hasta los 20 metros de altura. Si sólo queremos disfrutar con los niños de La Fageda, hay un itinerario (el nº 2, conocido como Sendero Joan Maragall) que nos permite recorrerla en algo menos de una hora. Alcanzamos finalmente el aparcamiento de Can Serra y finalizamos una larga pero bonita excursión.
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Un hermoso ejemplar de haya |
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Seguimos atravesando el hayedo |
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Un pequeño tossol |
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Llegando al aparcamiento de Can Serra |
Es una excursión que a nosotros nos gusta mucho. Mari y yo la hemos hecho. La próxima los 3 y hacer la visita a la Fageda. Saludos
ResponderEliminarMuy buena idea aprovechar la excursión para visitar la cooperativa. Un saludo
EliminarQué raro está el otoño este año...
ResponderEliminarYa te digo. Raro, raro, raro..., como decía aquel.
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